Gabriela: Mi primera vez con una mujer…
Fecha: 01/10/2025,
Categorías:
Lesbianas
Autor: SelenaValente, Fuente: TodoRelatos
... observando cómo el hielo se derretía lentamente en la ginebra. Su expresión era pensativa, como si estuviera reuniendo el valor para decir algo que nunca había dicho en voz alta.
—Sólo me he acostado con mi marido —confesó de pronto, sin mirarla directamente.
Lucía levantó una ceja, sorprendida por la confesión. No porque la considerara extraña, sino porque la forma en que Graciela lo decía tenía un peso que iba más allá de lo obvio.
—¿Nunca… con nadie más? —preguntó Lucía, suavizando la voz.
Graciela negó con la cabeza y dejó escapar una risa sin alegría.
—Ni siquiera he besado a otro hombre después de casarme. Todo lo que sé del sexo, de la intimidad, viene de él. Y no me malinterpretes, no es que haya sido horrible… pero tampoco sé lo que es la pasión desenfrenada.
Lucía no respondió enseguida. Observó a Graciela con atención, notando el leve sonrojo en sus mejillas y la forma en que jugaba con su copa, como si así pudiera evitar encontrarse con su mirada.
—¿Y lo has deseado? —preguntó finalmente.
Graciela tomó aire y lo soltó despacio.
—No lo sé. O tal vez sí, pero nunca me lo he permitido. He vivido con la idea de que esto es lo que me tocaba. Una familia, estabilidad… todo lo que se supone que una mujer debe querer. Y durante años pensé que era suficiente. Pero ahora… —se detuvo un instante, eligiendo sus palabras—. Ahora me aterra darme cuenta de que he pasado de los cuarenta y no sé lo que es sentir que me muero de deseo por ...
... alguien.
Lucía sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La voz de Graciela estaba cargada de una emoción que no había esperado ver en ella.
—Graciela… no eres tan mayor. Y eres muy guapa…
—Pero tampoco soy joven. Y lo que me asusta no es la edad, sino la idea de que mi vida siga exactamente igual hasta el final.
Lucía asintió lentamente, comprendiendo perfectamente lo que decía. La monotonía, la rutina… la sensación de estar atrapada en una existencia que no ofrecía sorpresas.
—¿Has pensado en hacer algo al respecto? —preguntó Lucía con cautela.
Graciela soltó una carcajada suave.
—¿Y qué hago? ¿Me busco un amante? ¿Me meto en Tinder? No sé ni por dónde empezar. Además… —se mordió el labio—. No quiero complicarme la vida. Mi marido es bueno. Le quiero de verdad. Pero me aburro con él.
Lucía ladeó la cabeza.
—¿Entonces qué quieres?
Graciela la miró con intensidad, sus ojos brillando con algo que Lucía no supo identificar del todo.
—No lo sé —murmuró—. Pero creo que empiezo a entender lo que me ha estado faltando todo este tiempo. Por eso cuando veo que Matt te ama, me siento emocionada. Es como formar parte de una telenovela. Cuando veo esas fotos… Es como si mi mente hiciese un viaje maravilloso a una vida completamente diferente, excitante, aventurera.
Lucía y Graciela continuaron sentadas en el sofá, con la mesa de centro cubierta de copas vacías. El ambiente se había vuelto más íntimo, casi cargado, después de la conversación. Lucía la observó con ...