Sorpresas en la discoteca - Relatos Eróticos

Sorpresas en la discoteca

... encontrando collares y anillas como había visto que tenía puestos aquella chica, así que según se levantaba, le puso con un movimiento rápido el collar al cuello, y atizándola con un látigo que tenía en su espalda.

La hizo caminar a cuatro patas, atizándola con la fusta, y tirando de la cadena que tenía atado en su collar hasta llegar a las argollas. Erik la ató a las argollas, y fue cuando decidió que iba a darle su merecido.

No le había gustado ver lo que le había sucedido a esa chica que estaba desnuda con marcas de latigazos, por lo que, Erik, cogió del cajón unos collares y pulseras y se las llevó a los demás, y cuando volvió, Idania, continuaba corriéndose de placer, colorada con un tomate, tenía los pezones duros, y le puso las anillas tanto que los pezones como en los labios vaginales.

Además, le puso las pulseras y el brazalete, cogió el látigo y comenzó a darle latigazos, haciéndola, gemir de dolor, comenzando a sentir placer. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemía de dolor. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemía de placer. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemía de dolor. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemía de placer.

Le dio unos 25 a 35 latigazos, haciéndola gemir de dolor y de placer, mientras que corría de placer. Detrás se vistió y con el resto de sus amigos, se marcharon, pero antes le dijo a la chica que estaba desnuda.

–¡Vete a tu casa, pero antes suelta a tus amigas o lo que sean! –ordenó Enok, que estaba con Erik, Senij, Tanji, Seol.

Estefanía, se levantó, porque Erik, le había soltado ...

... la cadena de la pata de la mesa, y se fue a las habitaciones de cada una de ellas, viendo que estaban atadas con collar y anillas a las puertas de los armarios, colgadas de espalda. patas con marcas de latigazos y de correazos.

Quizás fue justicia divina o no, pero supo que el karma o lo que sea, se los había devuelto. No lo puso resistir y le dio un par de latigazos a Idania, haciendo que gimiese de dolor, y de placer, corriéndose nuevamente. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemía de dolor. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemía de placer. –¡Aaah, Aaah, Aaah! –gemía de dolor. –¡Mmm, Mmm, Mmm! –gemía de placer.

Le debió de dar unos 25 latigazos, dejándola marcada, y detrás le dio otros 25 a cada una de sus amigas, sin que supieran quien había sido.

Detrás, se ató a la pata de la mesa, y se durmió plácidamente como un tronco todo el resto de la noche. Quizás, la mañana sería otro día y que sorpresas le traerían, por lo que, ese día hubo muchas sorpresas.

Pensó, que en la vida puedes creer en el bien o en el mal, pero que existe el karma, era verdad. Por la mañana, serían sobre las 13:00 horas, cuando escuchó un grito de las chicas, llamándola.

–Ven a ayudarnos Estefanía. –dijeron todas, despertándose, se desató, yendo a las habitaciones, y desatando a todas. La última, fue a Idania, que cayó al suelo como el resto de las chicas, entre charcos de fluidos vaginales y de orina, excitadas y cachondas perdidas.

Le dijo que se marchase a su casa y supuso que su relación con Idania, terminó, ...