1. La familia del marido de mi hermana (13)


    Fecha: 02/10/2025, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos

    ... Pues no. También ocurre en la vida real, y más de lo que supones. – me pajee suavemente y noté cómo agudizaba la vista.
    
    - ¿Qué otros te han gustado?
    
    - Bueno… He notado que me excita mucho cuando veo cómo chupan un… una polla. – iba a decir pene, pero rectificó - Me parece increíble que se traguen esas enormidades enteras.
    
    - ¿Lo dices porque tú todavía no has conseguido tragarte la mía?
    
    - En parte sí. – noté cómo esbozaba una sonrisa.
    
    - ¿Y te has masturbado viéndolos?
    
    - Si. – contestó con timidez – Más de lo que esperaba. – se atrevió a añadir.
    
    - Me parece perfecto. Hay que dar rienda suelta a los deseos.
    
    - La verdad es que si, pero…
    
    - ¿Pero qué? - Le dije arrugando el gesto de mi cara.
    
    - Porque se está convirtiendo en un vicio.
    
    - Un vicio sano. – puse ahora gesto de cabroncete.
    
    - Pues no sé si será muy sano, pero hoy ya me he masturbado nada más irse Cristóbal, y…
    
    - ¿Y…?
    
    - Y… me apetece otra vez. No creo que esto sea normal.
    
    - ¿Viendo vídeos? – le insinué.
    
    - Claro. Ese es el problema, que ahora estoy deseando verlos a cada rato.
    
    Fui a soltar una carcajada, pero me contuve disimulando que daba un trago al café y continuó ella.
    
    - Pero eso no es todo.
    
    - ¿Qué más hay? – otra vez que me intrigaba.
    
    - Pues… el martes empecé a ver videos y entre ellos vi cómo algunas mujeres de masturbaban con un… una polla de látex o silicona, y me pareció tan realista que me obsesioné.
    
    - ¿No conocías esos inventos?
    
    - Pues no. En mi ...
    ... círculo social no hablamos de esas cosas, como comprenderás.
    
    - Lo entiendo.
    
    - Bueno, lo que te quería decir es que me obsesioné tanto con esas… pollas, que me he comprado una a través de internet.
    
    - ¡No jodas! – no pude evitar la expresión de sorpresa, aunque sí evité una carcajada.
    
    Noté otra vez algo de vergüenza en su rostro.
    
    - ¿Tanto te extraña?
    
    - No, que va. – intenté salir del apuro – La mayoría de las tías que conozco tienen una o más vergas de ese tipo. Con vibración y cosas de esas. Según me han contado les dan bastante placer.
    
    Su rostro permanecía compungido y se tocaba las manos con nerviosismo.
    
    - Es verdad que da placer aunque no es igual que… estar con alguien.
    
    - Supongo que ya lo has probado, por lo que me dices.
    
    - Si que lo he probado. – se le escapó una sonrisa pilla, poco habitual en ella – Y bien probado. Ahora todas las masturbándose me las hago con eso.
    
    Sonreí con mi formato de cabrón pensado en lo que le iba a pedir.
    
    - ¿Me lo vas a enseñar?
    
    - Me da un poco de vergüenza.
    
    - ¿Por qué? Creo que ya tenemos bastante confianza en el aspecto sexual.
    
    - Ya, pero no sé… que me veas con eso entre las manos…
    
    Mi pensamiento no era solo verlo, ya estaba visualizándola metiéndoselo en el coño.
    
    - Piensa que es mi polla, que ya te he visto con ella en tus manos.
    
    - Pues no te lo vas a creer, pero cuando la elegí, entre las decenas que salían, pensé en tu polla.
    
    - ¡No me digas! Eso me parece fenomenal.
    
    - Pues si. Y ...
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