La familia del marido de mi hermana (13)
Fecha: 02/10/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Alfonso, Fuente: TodoRelatos
... me volvió loco. Comencé a pajearme como un puto salido de dieciséis años, casi inconsciente de mis actos con la vista fijada en su coño sin apenas parpadear.
Soltó el pecho que sujetaba con una de las manos para agarrar el duro rabo de látex con las dos y metérselo hasta el fondo como una posesa. Sus gemidos se convirtieron en gritos que partían de lo más profundo de su garganta. Las facciones de su cara se contrajeron, al igual que sus hombros, cuando un tremendo orgasmo rebosó por todo su cuerpo.
La vi temblar con fuertes espasmos. Las gotas de sudor resbalaban por su frente arrugada mientras sacudía la verga sin parar contra su mojado coño. En ese momento, mi boca quiso gritar, pero no puede porque tenía la garganta totalmente seca. Mi mano también se movía a gran velocidad subiendo y bajando la piel de mi polla hasta casi arrancar el frenillo y, una avalancha de semen regó mis piernas y parte de la mesa.
Dejé de sacudírmela cuando salió la última gota, aunque lo hice sin mirar, pues mis ojos no podían despegarse de esa imagen tan brutal que me estaba ofreciendo Marta.
Se sacó la verga del empapado coño y la soltó para dejar caer sus brazos a los lados de la silla. Las facciones de su cara se iban relajando mientras su pecho subía y bajaba a gran velocidad insuflando aire a sus pulmones . La visión, en primer plano, de sus piernas abiertas y su coño chorreante me pareció maravillosa.
- ¿Te ha gustado el sexo a distancia? – le dije después de dejarla unos ...
... segundos para que se repusiese.
- Bufff… nunca hubiera imaginado llegar a algo así a través de un móvil. – dijo volviendo a su voz sería y serena.
- Las cosas no se saben hasta que no se prueban.
- Me he sentido… guarra y puta… muy puta.
Me costaba oírla decir esas cosas con esa seriedad que la caracterizaba.
- Supongo que sentirte así hace que lo disfrutes más.
- ¡Joder, vaya que si lo he disfrutado! Ha sido… brutal pero… prefiero tu polla. ¡Quiero tu polla! – dijo el final de la frase con más ímpetu, algo inusual en ella.
- Ya te dije que no siempre iba a estar disponible para ti.
- ¿Has estado follando estos días?
- No te voy a mentir. He estado follando.
- Eres un puto cabrón pero… creo que me gustas por eso. Estoy dispuesta a todo, a chupártela como a ti te gusta, a que me folles donde quieras y de la manera que quieras, incluso a dejarte que me rompas el culo. – hizo una pausa para decir finalmente con un ardor inusitado – Quiero verte ya.
Menee mi polla que, ya estaba cogiendo un tono morcillón, a la vez que la miraba con mi cara de cabrón.
- Parece que he despertado a la putita que llevabas dentro, pero con fuerza.
- Claro que la has despertado, ¡cabrón! – dijo con esa nueva fiereza que había adquirido – Y ahora solo puedo pensar en que me empotren con un buen rabo.
Me quedé atónito oyendo como salían esas groseras palabras de su fina boca. Era como si fuese otra. Desde luego que había despertado a una puta fiera.
- Te puedo ...