Parejas de Conveniencia - Relatos Eróticos

Parejas de Conveniencia

... delante de ella, le arranqué sus bragas a mordiscos y excitado por la emoción y tembloroso por la situación, alargué mi convulsa lengua y la paseé suavemente por la comisura de los labios externos del chocho de mi madre. Fui, fuimos presa de la fascinación del momento. Poco a poco mi lengua profundizaba hasta encontrarse con su estimulado clítoris, gordo, duro y salido de su capuchón por los dedos de ella.

El encuentro fue apoteósico, yo babeaba, lo lamía, me relamía, ella se retorcía, suspiraba, gemía. Mi lengua poco a poco cobraba fuerza y donde empezó con suaves e imperceptibles caricias ahora era una auténtica y potente batidora que sacudía todo el sistema nervioso de mi madre. Ella, enfurecida, alargó sus brazos y cogió entre sus manos mi cabeza y la hundió cuanto pudo entre sus piernas. Tal parecía que buscase inútilmente la forma de volver a introducirme dentro de ella, pero lo que encontró fue un demencial orgasmo que le hizo lanzar un gemido de placer que, posiblemente, dejara confuso y perplejo a más de un invitado a la boda de mi prima.

Al regreso le ofrecí llevarla en mi chalet de la sierra en Madrid para allí tomar su avión de regreso a Málaga, y aceptó. Ya en Madrid, le pedí que se quedara un día en el chalet que tengo para abordar los negocios en la capital, y podría tomar el avión de regreso más descansada. Aquella noche, en mi cama y follándola me rogó que en Málaga seguir follando conmigo en su casa, como mi madre, como mi compañera, como mi amante, ...

... como mi cómplice…, ya veríamos la forma.

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En el piso de Málaga…. Al llegar a casa, él me siguió hasta el ático…

– ¿Dónde vas?

– Venga cuñada. Todavía nos falta la última copa. ¿No me vas a invitar a una última copa en su casa?

Le sonreí creyendo controlar… – Pero… solo una copa… que ya hemos bebido bastante.

Ya en sofá de casa tras tomar la copa, él me mira de una forma lujuriosa…

– Hans. Que estás pensando. ¿Por qué me miras de esa forma?

– Joder Katia. Es que esta noche “estas para comerte”.

– Hans…ten cuidado con lo que dices. Soy tu cuñada.

– Ya. Pero eso no impide que te desee.

– Pero Hans… ¡estás loco! Además…

– Sabes que siempre te he deseado. Creo que eso también lo sabes. No me importa que seas la mujer de mi hermano. ¡Además él no tiene por qué saberlo! – Me dijo el muy descarado – Y tu llevas días sin estar con él. Seguro que estas deseando relajarte… ¿o me equivoco?

Le miré a la cara, y le conteste…

– Joder Hans… tal vez no sabes que llevo más de tres semanas sin sexo,…. Tu hermano me deja abandonada más de tres semanas, y encima, me llama para decirme que tardará alguna más. Yo también soy de carne y hueso y tengo mis necesidades. Pero, ¡joder no me tientes porque estoy en mi días fáciles para follar…!

Me mira y me dice… – Te ...