Grasillas 2: Algo huele raro - Relatos Eróticos

Grasillas 2: Algo huele raro

... endurecerse, volvió a bajar su mano pero cuando agarró su miembro supo que no iba a ser suficiente, necesitaba más. Apareció desnudo en el salón ante la mirada satisfecha de Marcos quien se apartó un poco y le dejó un hueco en el sofá.

—Sabía que vendrías, esto te va a flipar.

—Seguro.

Todavía dubitativo, Juan se sentó en el sofá, este estaba caliente por el calor que desprendía el culo de Marcos. Cuando su cerebro llegó a esa conclusión su pene se endureció todavía más, lo que provocó la risa de su compañero.

—Ya sabía yo que esto te molaría.

Juan miró la película pero no le llamó lo que vio, los cuerpos de aquellos hombres no le atraían, en cambio, por el rabillo del ojo, veía a su amigo masturbarse, aquello sí que lo excitaba. Lentamente, algo cortado, se llevó la mano al pene y empezó a subirla y bajarla con lentitud.

—Joder, a este paso se va a terminar la pelicula antes de que te corrar—Repentinamente Marcos agarró la polla de Juan—Venga, yo te hago la paja y tu me la haces a mi, eso mola mucho mas.

Aquella sonrisa tan bella hizo que su pene palpitase y que sus dudas se despejaran, miró el pene de su amigo y lo agarró, confirmando que era tan grande como le había parecido en un principio. Marcos fue el primero en empezar a mover la mano y Juan lo siguió, imitando sus movimientos, cada vez que su compañero aceleraba él lo hacía, cuando bajaba su mano para masajear sus huevos como él lo hacía, encontrándose con unos huevos grandes y peludos, y cuando ...

... se ponía a jugar con su glande con un dedo él también lo hacía.

Juan cerró los ojos, disfrutando de aquella sensación que jamás había experimentado, hasta que notó algo diferente en su polla. Al mirar descubrió a Marcos devorando su pene, moviendo la cabeza rápidamente mientras su lengua jugaba hábilmente con su polla. El placer que le producía a Juan aquella visión le excitó tanto que no pudo evitar correrse en la boca de su amigo, soltando chorros de semen directamente en su boca.

—Mierda, perdona por no avisar, se ha sentido muy bien.

Su amigo no dijo nada, se mantuvo con el pene de Juan en la boca, moviendo la lengua para limpiar todo lo que pudiese haber quedado. Cuando levantó la cabeza la acercó mucho a la cara de Juan, con un hilillo de semen en la boca que se quitó con un dedo, seductoramente y se lo metió en la boca.

—No hay nada que perdonar, estaba muy rico.

Sus caras estaban muy cerca, permitiéndole a Juan oler el sabor de su propio semen. Cientos de ideas llenaron su cabeza, pero antes de poder hacer nada Marcos volvió a su sitió, mostrando una enorme erección.

—¿Ves como el porno gay está muy bien?—Tras un terrible esfuerzo por apartar la mirada, Juan lo miró a los ojos y le preguntó.

—¿Quieres que te ayude con eso?—Marcos miró su pene y con una sonrisa dijo.

—Por supuesto, quedo a tu entera disposición.

El chico levantó los brazos, abrió todo lo que pudo las piernas y cerró los ojos, quedando tal como había dicho a su merced. Juan se ...