1. Mis compañeras de piso liberan a la bestia Cap.2


    Fecha: 25/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: MrWilson, Fuente: TodoRelatos

    ... que dejaba ver casi cada centímetro de su cuerpo. Su piel negra y brillante resaltaba bajo el sol, y cada paso que daba hacía que se le moviera todo de una forma hipnótica. Elena fue más comedida, pero seguía siendo un bikini sexy. Cuando llegaron de su primer baño, se tumbaron boca abajo en las toallas y ofrecieron sin saberlo una buena perspectiva de sus culos mojados.
    
    No pasaron ni 5 minutos antes de que Mya se girara hacia mí para pedirme que le pusiera crema en la espalda. Tragué saliva.
    
    —Solo en la espalda —dije atemorizado.
    
    Mya se estiró como un gato arqueando la espalda de una manera que resaltaba sus curvas. Miró a Mikel por encima del hombro con picardía.
    
    —Por supuesto, solo la espalda. No querría aprovecharme de ti. —ronroneó Mya.
    
    En cuanto mis manos tocaron su piel caliente, sentí una descarga eléctrica. Mientras extendía la crema, ella se encargó de hacerme notar que mi masaje le estaba encantando y no escatimó en suspiros y elogios.
    
    —Mmmm...Mikel, tus manos se sienten maravillosas ¿seguro que no eres profesional de esto?
    
    Intente acabar lo antes posible, pero antes de que pudiera soltar el bote, Elena me reclamó su parte.
    
    —Yo también necesito —dijo fingiendo una voz de niña desvalida y dándose la vuelta.
    
    Su espalda era más pequeña, más suave, pero igual de tentadora. Tener ese culo perfecto tan cerca, mientras extendía la crema, hizo que mi polla empezara a despertar. Por suerte al estar de rodillas junto a Elena, de espaldas a Mya, ...
    ... pude disimularlo mientras la untaba. Pero en cuanto terminé, fui directo a mi toalla y me tumbé boca abajo, para disimular mi bulto.
    
    —Ahora te toca a ti —dijo Mya. Sin esperar respuesta, aprovechando que ya estaba de espaldas, ambas comenzaron a darme un masaje. Ellas, al contrario que yo, no tenían prisa ninguna y tener 4 manos tocándome me estaba haciendo perder los papeles. De vez en cuando alguna mano, estaba seguro que de Mya, bajaba un poco más de la cuenta hacia mi culo.
    
    Mi erección era tal que tuve que ir acomodándola disimuladamente con mis caderas, haciendo un hoyo en la arena para que no me doliera. Cuando decidieron que el masaje había terminado yo no podía moverme por nada del mundo.
    
    —¿Estás bien? —preguntó Elena con tono inocente—. ¿Por qué no nos damos un baño? Con este calor vamos a acabar derretidos.
    
    —Eh... estoy muy a gusto ahora, tumbado. Id vosotras, ya me bañaré luego.
    
    —¡Venga Mikel! No seas vago, el agua está buenísima. Seguro que te viene bien refrescarte. —añadió Mya, sonriendo de una manera cómplice.
    
    No iban a parar. Hice un cálculo de mis posibilidades de evitar la situación y decidí que lo mejor era salir corriendo al mar antes de levantar más sospechas. Sin embargo, durante los pocos segundos en que me incorporé y corrí para darles la espalda, mi polla se marcó claramente como una carpa de circo. Las oí murmurar y reír detrás de mí.
    
    En el agua, se acercaron nadando como dos niñas divertidas que solo quieren jugar. Entre charlas y ...