1. Úrsula


    Fecha: 26/10/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Cyber Gaoler, Fuente: TodoRelatos

    ... sin luz del sol. Se usan como cárcel para criminales. ¿Tú eres una criminal?
    
    No…
    
    Si desobedeces a tu señor lo serás…
    
    La mujer mira a los soldados y ordena:
    
    Desatadla e iros, yo me encargo.
    
    El hombre corta la cuerda… ¡¡¡Qué alivio!!! La mujer me lleva a través de una cocina llena de sirvientes. A una de las muchachas le dice: “traed el barreño”. Llegamos a una pequeña habitación apartada. Una vez allí, me mira fijamente y me ordena:
    
    Desnúdate…
    
    No, no quiero… Cruzo las manos sobre el pecho, bajo la cabeza y cierro los ojos.
    
    Si no lo haces, llamo a los guardias y lo harán ellos… Y después, te bajarán a un calabozo.
    
    Ante esa amenaza me desnudo lentamente. Doblo la ropa con cuidado como me enseñó mi madre. La dejo sobre un pequeño mueble que hay en la estancia. ¡¡¡Qué!!! La mujer mete la mano en mi entrepierna. Intento pararla… ¡¡¡Ay!!! Me da un bofetón…
    
    Tengo que comprobar que eres doncella. Si no lo fueras bajarías a la mazmorra…
    
    En ese momento llegan dos sirvientas con un gran barreño con agua. También traen lo que parece jabón y un pequeño frasco de vidrio. Conozco el vidrio por verlo en la iglesia, en mi casa no existe nada de ese material.
    
    La mujer me obliga a meterme en cubo y lavarme. Destapa el frasco, huele bien… es perfume. Moja un pañuelo con el líquido y lo pasa por varias partes de mi cuerpo. Al terminar, rebusca en un arcón, coge lo que parece una prenda de color granate intenso.
    
    Ponte esto -me dice la mujer.
    
    Me da una ...
    ... extraña prenda… Es una bata o túnica corta. Al ponerla veo que sólo me cubre hasta los muslos tapando por poco las nalgas y el sexo. No tiene mangas, sólo dos tirantes estrechos de color dorado. Los bordes de la prenda, arriba y abajo también están adornados en color dorado. El borde superior es un gran escote triangular, miro hacia abajo y veo mis senos blancos, contrastando con el resto de mi piel tostada por el sol. La prenda no serviría para ir a la iglesia y no protege en absoluto del frío, pero la tela es la más suave que he sentido nunca.
    
    Una túnica corta de seda… Nunca habrás sentido esa tela. El señor dijo claramente: “quiero que parezca una esclava romana” -esas mejillas rosadas podrían ser las de la hija de un jefe godo, a ver si lo complaces.
    
    La mujer me guía por el castillo. Salimos al patio, yo voy descalza y apenas cubierta por este atuendo. Nos dirigimos a la gran torre. Entramos y subimos por una escalera. Llegamos a una puerta cerrada custodiada por un sirviente. Doña Bárbara le habla:
    
    Vamos a ver si esta doncella vale como copera.
    
    El hombre coge una bandeja que parece de plata. Coloca una jarra del mismo material y dos copas, también de plata. Llena la jarra de lo que parece vino. Abre la puerta y me alcanza la bandeja…
    
    Entra y sírvele vino en una de las copas.
    
    ¿Por qué llevo dos?
    
    Por si tienes suerte…
    
    No entiendo pero entro, temblando, con miedo… con cuidado de no tirar nada al suelo. La sala es enorme y la mesa también. Sólo hay un ...
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