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La Niña Mala
Fecha: 03/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: JackDMellon, Fuente: TodoRelatos
... especial, ¿verdad, luisa? Asiento, mientras aprieta un poco mis genitales. —Ya sabes lo que te toca. Vuelvo a asentir, mientras una sonrisilla asoma entre mis labios. Y aunque no la puedo mirar directamente a los ojos, puedo sentir que mi Ama también sonríe. Mi Ama también empezó a educarme. Me enseñó cómo debía comportarme, que debía decir en cada situación, cómo responder a sus preguntas, cómo debía moverme, cómo acicalarme y cómo vestir. También me enseñó cual era mi propósito, y que si bien antes podía disfrutar tocando directamente mi gusano, ahora debía descubrir cómo sentía placer una mujer. Dejé de echar de menos mi colita, y aprendí a disfrutar de otras partes de mi cuerpo. Aprendí que las caricias podían ser más excitantes que violar la santidad de una mujer, y que si un cuerpo debía ser penetrado, tenía que ser el mío. «Las niñas malas como tú deben sufrir en carne propia lo que deseabais hacer a otras mujeres. Así, disfruta todo el mundo. Estáis mejor hechas, y disfrutáis más de ser folladas. Pronto lo verás». Bajo este pretexto, comenzó a entrenar mi boca y mi ano, el cual es «vuestro coño particular». Con ayuda de consoladores de diferente grosores y tamaños, aprendí aceptar en mi boca diferentes grosores, y a aguantar las arcadas, para aprender a chuparla como la puta que era. «Eres ahora lo que querías que otras fueran, ¿te gusta?». Y yo asentía, complacido de ser usado por mi Ama. Con el ano, empezó con los dedos, poco a poco, hasta que mi ...
... esfinter se acostumbró a la presencia de mi Ama, haciendo natural lo que debe ser natural. Luego, pasé varios periodos, cada vez más largos, con dilatadores, mientras realizaba tareas o paseaba con mi Ama por el jardín. Con el tiempo, estos eran más grandes, y pronto mi ano se adaptaba a cualquier tamaño, no sin cierto esfuerzo. Al caminar con estos penetradores, sentía como se movían por dentro, y estimulaban mi prostata. Era una mezcla de placer y dolor, pues me excitaba la lombriz, y esta quería estirarse, pero la cajita se lo impedía, produciendo cierto dolor. No fue hasta que llegó un día en que mi Ama me vio preparada, y se colocó un pene en el vientre, con unos arneses para que no se cayese. Un extremo apuntaba a mi culo expuesto, mientras permanecía en la posición de perrito. «¿Estás preparada, perrita?». El otro extremo estimulaba suavemente su divino clítoris, dándole un placer parecido al que los hombres tendrían al penetrar a una mujer. Con cuidado, mi Ama me quitó la virginidad, introduciendo el falo, poco a poco, procurando no hacerme daño. Y según se iba introduciendo el falo, mi coñito se iba estimulando. Podía notar como la biología de mi cuerpo respondía a la penetración de mi Ama, dándole la razón, de que las niñas malas como yo disfrutaban más de ser folladas. Cuando el falo entró por completo en mi cuerpo, mi Ama empezó a follarme, agarrándome de las caderas y el pelo, dando vaivenes dentro de mí. Así, fui follada por primera vez como la puta que era y que ...