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La Niña Mala
Fecha: 03/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: JackDMellon, Fuente: TodoRelatos
... merecía ser. Y el ritmo fue aumentando. Y cuando ambos gemíamos de placer al unísono, y mi ama daba gritos de placer por un orgasmo alcanzado, mi cuerpo se estremeció con oleadas de placer, y mi cosita despidió ese líquido blanco en el colchón. Cuando mi Ama lo vio, en lugar de enfadarse, solo me dijo una cosa: «Limpialo con la lengua, puta». Y me puso la cara contra mi semilla. Y yo lamí gustosa tras haber alcanzado un orgasmo como toda una puta. Desde entonces, deseo que llegue el día que mi Ama me folle, y que me provoque tan delicioso orgasmo. Y hoy es mi cumpleaños. Pero también es un día más. Y la niña que soy se siente triste por ello. Sin embargo, despejo mi cabeza de malos pensamientos. Mi Ama me está hablando. —Quiero que hoy te arregles. No quiero ver un solo pelo. Depílate. Hoy quiero que seas una señorita como debe ser. Recatada, silenciosa, dócil y humilde. Hoy quiero la casa impecable y la comida en su punto. Sopa y delicias de pollo. No te arregles hasta la tarde, pero a mediatarde ya te quiero ver depiladita. Y prepárate para satisfacerme mientras como. Barre y friega el suelo, y limpia la habitación a fondo. No quiero que para entonces huela a polvo y suciedad. Ventila. Hoy darás el paseo por el jardín sola, con la falda levantada, mostrando a las flores tus braguitas de niña. No quiero que te la bajes en ningún momento. Te estaré observando, luisita, así que nada de hacer trampa. Quiero que el aire corra por tus piernas y acaricie tus intimidades. ...
... Que se aireen. Después de la comida, podrás hacer lo que quieras. Yo me echaré una siesta. No me molestes hasta las seis de la tarde. Después, te bañaré yo, y te prepararé. Quiero que hoy salga todo perfecto. ¿Me has oído? Responde. —Si, Ama. —Al hablar, debo poner una voz más fina. Por ello, mi Ama no me hace hablar casi nunca. —Venga, en marcha. Aprisa y entusiasmada, me pongo mis braguitas moradas, las favoritas de mi Ama. Tiene lazos a los lados, y están bordados con leves ribetes que se ajustan a mi ingle, dejando al descubierto parte de mis glúteos. Si algo lamento de llevar esta cajita es no sentir la suave tela acariciar mi culebrilla, y sentir en todo su esplendor la feminidad que desprende tal prenda, tan deseada por hombres frustrados, buscando la liberación de una prenda tan asociada al sexo femenino, ocultando un misterio abismal entre las dos piernas de una mujer. Con ellas puestas, pude sentir por vez primera esa sensación extraña, solo disfrutable por aquellas niñas malas que nunca supieron en su niñez lo que era ocultar su cuerpo y sentir vergüenza de su cosita. Ahora me conformo con el leve roce que produce en el escroto. Mientras mi Ama va a por unas compras, yo me dedico en cuerpo y alma a arreglar la casa, dejando que mis manos despejen los pensamientos en la labor de barrer, frotar, sacudir, colocar, mover, fregar, y cocinar. Mas no puedo dejar de pensar en el cambio que tendría lugar aquella noche tan especial. Por supuesto, sería la noche más ...