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La Niña Mala
Fecha: 03/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: JackDMellon, Fuente: TodoRelatos
... ofendida ante su osadía, da un pequeño manotazo al miembro. —Eres una cerda, luisita —rió mi Ama. Y yo enrojecí. Durante todo el almuerzo, mi Ama no deja de jugar con mi intimidad. En ocasiones, como tentando al futuro, hace pasar una delicia, manchándola con el aceite, antes de comérsela. Como niña mala, eso es lo más cerca que iba a estar de una felación. El gusano, en ningún momento deja de erigirse, aprovechando cada momento de libertad que mi benévola Ama le deja, formando una especie de toldo con la falda de sirvienta. Ese traje será lavado, pues de seguro se habrá manchado por el liquidillo que expulsa mi clítoris deforme. Tras la comida, mi Ama aplicó un hielo al miembro, y este se encogió hasta volverse solo un apendice. Entonces, volvió a aprisionarlo. —Limpia la cocina y descansa —dijo. Me desata las manos y sube a su habitación. Mientras mi Ama sube, no puedo dejar de sentir una extraña melancolía en la forma en la que sube las escaleras, contando cada escalón, hasta que sus delicados pies desnudos desaparecen de mi vista, y solo queda el eco de sus pasos adentrándose en su habitación. Cuando mi Ama duerme, yo tengo vía libre en la casa, y puedo jugar a lo que quiera, ver la tele, leer, … siempre y cuando no despierte a mi Ama. Aunque, en realidad, nunca la despierto. Ella en su habitación nunca duerme, salvo durante la noche. Lo que hace allí, sola, es un misterio hasta la tarde. Pero hoy, de seguro, es distinto. Un cambio se iba a producir, ...
... y todo requería la tranquilidad y el sosiego necesarios. En el salón, enciendo la consola, la música baja, y me siento en el suelo. Mi Ama no me deja sentarme en el sofá. «El suelo es donde se sientan las niñas malas». Al cruzar las piernas bajo mi falda, puedo sentir el frío suelo en mis glúteos desnudos, y en mis muslos, sintiendo el roce piel con piel de mis propias piernas, y mi clítoris apresado en la cajita rosa, rozando el suelo con su dureza. Cuando termino de jugar, falta una hora para las seis. Enciendo la luz del baño, y pongo agua caliente en una tina. Con cuidado de no manchar, aplico loción a mi cara, a mis axilas, mis piernas y mi ingles, y comienzo a pasar la cuchilla. Lo hago suavemente, sintiendo como los pelos son cortados por la hoja, larga y suave mordedura que erosiona las imperfecciones de mi piel. Para llegar a ser una niña buena, tengo que mantenerme suave como una. «Un cuerpo libre de impurezas». Empiezo por las piernas, dibujando su contorno, algo grotesco, haciéndolo más bello. Subo a las axilas, y de las axilas, a la cara. Por último, mi cosita. Recorro mi entrepierna con cuidado, pues la piel es muy sensible, sobre todo, en la bolsita. A mi Ama le gusta acariciarla y sentir la suavidad. Cuando termino, me seco con una toalla. Antes de vestirme, contemplo mi cuerpo en el espejo. Estoy desnuda. No solo de ropa, sino también de vello, y mi piel suave reluce a la luz del foco. Un cuerpo algo rellenito, con unos pechos incipientes. Un culito ...