1. Juventud programada


    Fecha: 10/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Intercambios Autor: Ericl, Fuente: SexoSinTabues30

    ... gemidos, pero sus ojos, fijos en algún punto invisible, dejaban escapar un rastro de resignación. Cuando el clímax llegó y el semen cayó en su boca, Samantha fingió saborearlo con placer, inclinando el rostro hacia la cámara como si disfrutara cada segundo. Pero en el fondo de su mirada había un vacío sutil, un cansancio que Theodore supo leer como un secreto compartido.
    
    Y fue esa grieta —ese contraste entre el goce fingido y la vulnerabilidad oculta— lo que lo marcó para siempre. No era solo su cuerpo lo que lo llamaba, era la necesidad de arrancarle un placer verdadero, de verla romper esa máscara para descubrir cómo sonaba su risa cuando no actuaba, cómo se estremecía su piel cuando el deseo era real.
    
    No podía dejarlo pasar. Movió cielo y tierra para averiguar más sobre ella: buscó información, contactó a conocidos, rastreó cada pista que pudiera llevarlo a la niña que lo había obsesionado desde el primer instante en que la vio. Tras semanas de investigación, descubrió que Samantha tenía apenas diez años y vivía bajo el techo de una familia adoptiva en la misma ciudad: una pareja mayor, que la cuidaba desde pequeña y cuyo padrastro había sido el encargado de la grabación y venta del video de Samantha. Theodore, con una mezcla de determinación y encanto, negoció con ellos. El dinero hizo su parte y, finalmente, tras ciertos acuerdos, consiguió permiso para acercarse a Samantha.
    
    La primera vez que estuvo con ella lo desbordó por completo. Samantha era una niña, de ...
    ... piel suave y labios gordos, con una mezcla de inocencia y picardía que lo volvía loco. No tardó en entregarse, temblando bajo su cuerpo, mientras él le abría un mundo nuevo de placer. Theodore la tomaba con ansia, explorando cada rincón de su cuerpo, arrancándole gemidos que nunca antes había dado. Samantha, al principio tímida, se dejó llevar, hasta que el ritmo de sus encuentros se volvió adictivo: noches enteras de sexo desenfrenado, de caricias bruscas y dulces, de palabras sucias que se mezclaban con suspiros.
    
    Él adoraba hacerla suya de la forma más íntima, dejándole su marca en lo más profundo, llenándola hasta que ambos quedaban exhaustos, envueltos en sudor y en esa sensación de pertenencia absoluta. Para Theodore no había mayor triunfo que ver a Samantha rendida bajo su deseo, sabiendo que cada vez que la penetraba la reclamaba para sí, una y otra vez. Lo que empezó como obsesión terminó convirtiéndose en una relación donde la pasión y la dependencia se confundían, cimentando la dinámica erótica y emocional que pronto se volvería el centro de sus vidas.
    
    No pasó mucho tiempo para que lo que comenzó como un deseo secreto se convirtiera en un sueño cumplido. Theodore la llevó a vivir a su casa, un espacio cálido y privado donde Samantha podía descubrirse a sí misma y donde él podía entregarse a sus fantasías más profundas. La intensidad fue abrumadora: caricias largas, susurros al oído, y aquella frase que marcaría su dinámica íntima: «Tu culo fue hecho a la medida ...
«1234...7»