Clases Particulares 11 - Relatos Eróticos

Clases Particulares 11

... veo que le dan cosquillas.

- Hay que quitar todos estos pelos…si nosotras nos arreglamos – señalo mi ingle – vosotros también, ¿ok?

Vuelvo a acercarla a mis pechos y juego con ella en mi pezón izquierdo. Luego sin dejar de apretar su glande sobre mi piel, la llevo resbalando al izquierdo, donde pinto círculos en mi areola. David suspira y gimotea, sin parar.

Vuelvo a meterla adentro en mi boca y ahora si incremento el ritmo. Mis manos van a su culo y lo aprietan acercándolo. Su pene llega hasta mi garganta. Sigo, adelante y atrás, sin parar, durante un par de minutos.

-Ah, dios, no pares…

No pienso hacerlo. Me pone muy cerda hacerle una mamada sin manos, como una profesional, mientras aprieto sus nalgas. Mi clítoris demanda atención, pero lo ignoro por el momento.

- Ah, ah, ah, ahhhhh –se corre y su semen inunda mi garganta. Me atraganto un poco pero trago todo. Levanto la vista y le sonrío. La saco lentamente con un último apretón juguetón a su glande. Saco la lengua para que vea que no queda nada de semen. Suelta un taco, alucina.

- Piña – me mira confuso – Leí en una revista que, si tomas mucha piña, tu semen sabe mejor. Y recuerda siempre, en estas situaciones, avisa siempre antes de irte, no todas las chicas quieren tragarlo, ¿vale?

Tampoco es que sepa tan mal. Creo que es al tercer tío que le dejo correrse en mi boca. Obviamente, lo he hecho muchas veces con mi novio, sobre todo al principio. Ahora, como cada vez dura menos, suele correrse ...

... siempre en mi coño, que hay que aprovechar cada minuto.

El primero fue Tom, el hermano de Eireen. Me acosté con el varias veces. No follaba mal, aunque se lo tenía muy creído. Buscaba más bien su propio placer, follar y que se la chupara. Bajarse al pilón casi nunca. Lo bueno es que duraba bastante follando y me daba tiempo a correrme siempre, a veces hasta dos seguidas. Pero le sabia fatal el semen. Terminaba escupiéndolo asqueada. Tras la primera vez, se lo confesé a mi amiga. Que me lo tiraba, no lo del sabor, ja,ja,ja. Al principio no le hizo mucha gracia, pero terminó aceptándolo. Sabía que, a diferencia de otras chicas, mi amistad con ella era real, y no solo para acercarse a su hermano. Y actualmente seguimos siendo amigas mientras que con él no hay contacto.

Apremio a David para que se vista rápido. Nos queda menos de una hora de estudio. Abre la ventana para ventilar mientras paso por el baño. Bajo también para echarle un vistazo a la abuela. Tiene los ojos medio cerrados y la tele a buen volumen. Estupendo.

- Ha sido genial, Miriam, muchas gracias – me dice David cuando vuelvo – ¿y lo siguiente?

- ¿Follar? ¿Quieres perder la virginidad conmigo? ¿No quieres que sea con Sheila? Sois medio novios ya…

- No, no, quiero hacerlo contigo, de verdad.

Sonrío. Mi vena competitiva, y celosa también, se alegra, aunque no digo nada. Chúpate esa, Shey. Aunque bien que me lo debería agradecer, le voy a dar a un chaval muy aplicado en el sexo. Bien que lo va a disfrutar. ...