-
Capítulo 10: amistad y sumisión
Fecha: 25/11/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Gregor, Fuente: TodoRelatos
... momento. —Fue el primer hombre que vi de verdad. Y yo… era una adolescente asustada, confundida, queriendo creer en algo que ya no existía. Pero desde el primer día… sentí algo. No sé qué. Pero fue como si algo se encendiera dentro de mí. Mariana no dijo nada, solo esperó. —Cuando lo conocí, ya sabía que lo de Andrés no era amor. Era ilusión. Miedo. Comodidad. Pero no amor. Y no me sentía feliz. Solo… acostumbrada. Y cuando lo vi a él, a Daniel, supe que no quería seguir así. Que no quería ser la novia de alguien que me hacía sentir pequeña. Que quería ser más. Aunque no supiera bien qué significaba. Bebió otro sorbo de vino y se acomodó mejor, recostada contra Mariana, como si ese contacto le diera fuerza. —Hasta hoy, Andrés era el único que me ha poseído de verdad, en todos los sentidos. Es como si… fuera suya, pero desde que vi a Daniel algo hizo click en mi pero seguia con Andés necesitaba creer que eso era de verdad. Algo sinmebargo cambio desde ese día. Mariana le pasó una mano por la espalda, en un gesto suave, protector. —¿Y por qué no te acercaste antes? Claudia sonrió, pero había dolor en esa sonrisa. —Porque era el hombre de mis sueños… y yo seguía siendo la niña de dieciséis que no sabía cómo salir de la mierda en la que estaba. Además… cuando al fin terminae con Andrés la ruptura con fue horrible. Humillante. Él no me dejó. Me destruyó. Me hizo sentir que no valía nada. Que solo había servido para una cosa. Y cuando terminé, ...
... pasaron meses… meses en los que no podía ni verme en un espejo. La voz de Claudia se quebró un poco, pero siguió hablando. —Cuando pude recuperarme, cuando por fin me sentí algo más que un cascarón vacío… fue cuando intenté acercarme a Daniel. Pero no como una niña. Como una mujer. No quería que me viera como una más. Ni como una carga. Ni como una historia triste. Quería que me viera… como alguien digna de él. Mariana le apretó la mano, en silencio. —Y desde ese día, lo amo. En silencio. En secreto. En el fondo de mi pecho. Y no fue fácil. Pero fue lo que me dio fuerza. Lo que me mantuvo de pie, incluso cuando todo se venía abajo. Excepto por mis sesiones contigo, claro —bromeó, con una risa baja. Mariana sonrió, con esa sonrisa cómplice y burlona que solo ella sabía hacer. —¿Y encima pensabas que Andrés era todo un hombre con esa cosita que tiene? —le soltó de pronto, con tono juguetón—. Perdóname, pero ese chico… ¿en serio creías que tenía algo grande? Si como dices era como la de Javier, Claudia, y juro por Dios que pensé que a ese chico se le iba a caer la ropa interior de lo chiquita que la tenía. Una salchicita cocktail, no una verga, no sabes aun nada de la vida. Claudia se echó a reír, sorprendida por el comentario. —¡Mariana, por Dios! —rio, cubriéndose la cara con las manos—. No sé por qué me acordé de eso. Pero sí… pensaba que era enorme. Estaba tan confundida, tan asustada. Me lo imaginaba como si fuera un animal. Pero no, era… eso ahora lo ...