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Capítulo 10: amistad y sumisión
Fecha: 25/11/2025, Categorías: Grandes Series, Autor: Gregor, Fuente: TodoRelatos
... se. —Un susto de burro —rio Mariana—. Anda que, si hubiera sido Daniel, ni se te ocurre comparar. Claudia se quedó callada, mirando hacia otro lado, pero la sonrisa en su cara lo dijo todo. —Lo sé —murmuró—. A veces pienso… que si me llega a besar, me muero. —O te renaces —respondió Mariana, suave, sin burla esta vez. Y en ese silencio, entre el murmullo del viento y el sonido de sus respiraciones, Claudia se sintió, por primera vez en mucho tiempo, un poco más cerca de ser libre. Claudia aún reía por el comentario de Mariana, con la copa de vino entre los dedos y el calor de la conversación envolviéndola como una cobija vieja pero reconfortante. Se sentía liviana, como si haber contado esa parte de su vida hubiera liberado un peso que no sabía que aún llevaba encima. Estaba a punto de responderle a Mariana, de seguir con la charla, quizás bromear un poco más sobre Andrés o incluso preguntarle algo sobre su propia historia con el sexo, cuando… …el teléfono de Claudia vibró sobre la mesa. Ambas lo miraron al mismo tiempo. El sonido fue como un cuchillo cortando el aire. El momento se rompió. El clima cambió. Mariana frunció el ceño, como si ya supiera, como si lo hubiera presentido. Y Claudia… Claudia sintió cómo el calor en su pecho se congelaba de golpe. No era Daniel. No esta vez. Era él. Javier. Un mensaje. Solo uno. Claudia no lo abrió de inmediato. No podía. No quería. Se quedó mirando la pantalla como si fuera una amenaza ...
... viva, como si las palabras que estaban por aparecer fueran a arrastrarla de vuelta al infierno del que apenas y había salido. Mariana la observó con atención, con los labios apretados, con los ojos oscuros y cargados de algo entre rabia y preocupación. —Ábrelo —dijo, su voz baja, controlada—. Mejor saber ya qué mierda quiere. Claudia tragó saliva, tomó el teléfono con dedos temblorosos, y deslizó el dedo sobre la notificación. El mensaje decía: "Hola, Claudia. Hora de jugar otra vez. Esta vez será más divertido. ¿Estás lista?" Nada más. Ni foto, ni video, ni amenaza explícita. Solo eso. Pero fue suficiente. Claudia sintió que el aire le faltaba. El corazón se le aceleró. No podía responder con desprecio, ni con indiferencia. Cada palabra tenía que ser medida, calculada. No podía darle motivos para que se enojara. No podía permitirse parecer fuerte. Javier necesitaba sentir que el dominio que ejercía sobre ella seguía intacto. Que no había perdido ni un ápice de control. Y para eso, ella debía someterse. Al menos de palabra. Con dedos firmes, a pesar del nudo en su pecho, Claudia tecleó: "Hola, Javier. ¿Qué deseas ahora, amo?" La palabra le supo amarga, pero necesaria. No podía permitirse ser desafiante, no ahora. Si tenía que jugar el papel de sumisa para ganar tiempo, lo haría. Por ahora. Mariana la miraba sin decir nada, solo observaba cómo su amiga se quitaba la máscara de Claudia y se ponía la de "suya" su puta. La de él. La de Javier. Y ...