Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió - Relatos Eróticos

Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió

... iba a interrumpir y montar un follón de tres pares de cojones, pero no llego a ocurrir, cosa que hizo que aquella mujer me fuese cayendo aún mejor de lo que ya me caía. Cuando dio por terminada su explicación, y como si lo único importante fuese aquello, Lulu le pregunto a su madre:

-Y ¿qué crees mama que debemos hacer al recoger la ropa? Porque Nando tiene razón, él no sabrá a quien pertenece cada prenda femenina, quizás deberíamos librarle a de esa obligación.

-Puede que tengas razón, y mejor se dedica a arreglarte el portátil y a limpiártelo, que por cierto parece otro. – dijo Lau como si de verdad fuese ese punto lo único importante de toda la historia que había contado su hija, y sin cambiar de tono dijo – O incluso que se dedique a limpiaros el coño a las cuatro a base de lametones, cosa que al parecer se le da igual de bien que limpiando los ordenadores.

Se hizo un silencio sepulcral, todos esperando en ese momento, si no una bronca monumental por parte de Laura, si por lo menos una charla de cómo deben de comportarse las personas decentes, e incluso algún que otro castigo que nos pudiese imponer por nuestro indecoroso proceder. Y efectivamente, una vez terminamos de comer, y sin dejarnos ni siquiera recoger la mesa dijo:

-Quiero que sepáis que lo último que esperaba encontrarme al volver hoy era lo que he visto. Yo venía más alegre que unas castañuelas para estar con mis dos hijas y mis dos nuevos “ahijados” el primer día que compartimos nuestras vidas, ...

... para comer juntos como una gran familia y con un varón en la mesa, cosa que me hacía mucha ilusión, pues siempre he considerado que Lulu, a pesar de comportarse siempre como un niño, sigue siendo una niña, bueno más bien una mujer, y más aún a partir de hoy.

-Pues bien, que sepáis que lo que ha ocurrido hoy es intolerable, y no voy a consentirlo nunca más. Y encima Lulu me lo cuenta todo como si fuese lo más natural del mundo, y yo os pregunto ¿creéis vosotras cuatro que es normal llevar al muchacho hasta los límites que le habéis llevado? ¿creéis que es normal azuzarlo para que se acueste con su propia hermana? ¿creéis que es normal que la zorrita de Lulu se lo folle delante de las demás? Hasta lo llegaría a aceptar si eso hubiese sido de forma paulatina, primero con una, luego con otra, y así sucesivamente, pero con intimidad, no en una orgia compartida. Incluso podría entender que, pasado un tiempo, hasta podríais hacer un trio con él, no me escandalizaría, soy una mujer moderna, pero el primer día todas despatarradas ofreciéndole el coño ¿No os parece un poco precipitado?

-¡Silencio! – ordeno cuando Lola y Bea iban a pronunciarse, haciendo que callasen antes de abrir la boca, y entonces dirigiéndose a mí me dijo – Y ahora te toca a ti, Don Juan Tenorio de pacotilla.

-Te acojo en mi casa, te asigno quizás la habitación mejor, me siento feliz de tener por fin bajo mi techo a un hombre, en el que confiar y sentirme de alguna forma protegida. Porque tienes que saber y ...