Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió - Relatos Eróticos

Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió

... hasta su dormitorio, pero resulto que una vez desnuda, la madre era físicamente igual que su hija, pero con muchísima más templanza, y sobre todo dirigiéndome y asesorándome donde y como le gustaban más mis caricias, consiguiendo en pocos segundos que mi pavor se convirtiese en una excitación mucho mayor que con las cuatro jóvenes, pues comprobar como aquella sensual hembra, me guiaba por los más intricados callejones del placer, me hizo casi volverme loco, y al igual que lo había hecho Lulu, me coloco boca arriba y subiéndose sobre mi pero invertida, me hizo vivir simultáneamente la primera mamada y el primer sesenta y nueve de mi recién estrenada vida sexual. Además, sabia controlar los tiempos con maestría y consiguió correrse ella primero, pues a mí me manejaba como si fuese realmente un consolador viviente, hasta que decidió que ya era hora y colocándose en la misma posición que lo había hecho hacia solo un par de horas su hija pequeña, se la inserto con la misma brusquedad y decisión, iniciando una cabalgada que en poco menos de tres minutos hizo que tuviese el orgasmo más placentero que hasta esa fecha jamás había tenido coincidiendo con uno nuevo de Lau. Entonces se tumbó a mi lado y me dijo:

-Te voy a proponer algo que creo te va a interesar. Has desflorado a mi niña Lulu, que me consta que está completamente coladita por ti, pues me lo ha confesado delante de Lola, y creo que tu sientes algo similar por ella, por eso creo que sois una pareja perfecta. No habría ...

... cosa que me alegrase más que la habrías dejado preñada y tener un nieto a mi edad, aun joven para disfrutar de él.

-El problema es que también me gusta Lola, Violeta e incluso mi hermana, y ahora también tú. – la dije con sinceridad – Pero si es cierto que, a Lulu desde siempre, la tengo como mi ideal de mujer, e incluso he soñado en algún momento casarme con ella.

-Estupendo, a eso quería yo llegar. – dijo alborozada Laura – Te casas con Lulu, que es capaz de compartirlo todo, follas con ella todo lo que os apetezca, y además podrás compartirla con Lola, con Bea, y por supuesto conmigo, ya que si estáis viviendo en esta casa a nadie le extrañara en un futuro que convivamos los cinco.

-En cuanto a Violeta, - pareció que me estaba leyendo la mente pues iba a preguntarle por ella – creo que no será problema, pues según Lola, está enamorada de Bea, pero al igual que tu hermana, antes de decidirse a tomar una decisión quieren probar un buen rabo, y creo que tú eres el indicado para que ellas tomen su determinación. ¿Qué me dices?

-Por lo que me estas planteando, tanto tu como tus hijas, teníais casi planeado todo esto, - le dije dándome cuenta de que sabia muchas cosas – pero realmente la oferta es de lo más tentadora, sobre todo dándome cuenta de lo buenísima que estas, y siendo tu hija Lulu un clon tuyo, voy a tener una mujer espectacular durante muchos años, una cuñada capaz de quitar el sueño y una suegra que ni en sueños nadie puede esperar. Pero no creo que Bea ...