Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió - Relatos Eróticos

Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió

... ordenado que Bea, que …..

Sus voces se apagaron a medida que se alejaron de mi dormitorio, y salí al balcón para ver que se divisaba desde el, pudiendo comprobar que justo debajo quedaba la piscina rodeada de césped, con unas tumbonas y una mesa con sillas al lado de una enorme sombrilla que en ese momento estaba cerrada. Cuando llegamos mi hermana había desaparecido como por encanto y supongo que se fue con sus dos amigas a su nuevo dormitorio, por lo que aún no había visto a las dos musas que estaban presentes en todos y cada uno de mis onanismos, y justo en ese momento cuando estaba pensando en ellas llamaron a la puerta, y la voz de creo que era de Lola, preguntaba:

-Se puede ¿Estas visible?

-Adelante, - dije abriendo la puerta y dejando pasar a mi hermana que junto a nuestras anfitrionas venían a darme la bienvenida – Es vuestra casa.

-Ahora también la tuya – dijo Lulu dándome dos tremendos y sonoros besos en mis mejillas consiguiendo que me pusiese encendido – Nos gustaría que te sintieses en tu casa, igual que Bea.

-Bienvenido Nando. – era ahora Lola la que de igual forma que su hermana, desde luego como jamás lo habían hecho ninguna de ellas, me soltó dos besazos, pero está dándome a la vez un abrazo – Nos alegramos mucho de tener a un chico en la casa, nos puedes venir muy bien en algún momento de aprieto.

Completamente turbado y sintiendo mis mejillas al rojo vivo, les di tímidamente las gracias, y entonces mi hermana guiñándome un ojo termino ...

... de sofocarme totalmente al decir:

-Has visto, te aceptan de buen grado, ni te miran raro ni te besan raro, al contrario, me han dicho que se alegran muchísimo de que estes aquí, y que si se aburren ya tienen con quien jugar.

-Cuando quieras te enseñamos nuestras habitaciones, y el resto de la casa. – dijo Lulu sonriéndome de forma provocadora, o eso pensé – Hoy ya es tarde, pero mañana si quieres nos damos un baño en la piscina. ¿Has traído bañador?

-Si claro, me he traído toda mi ropa. – dije de nuevo apocado – Pero no estoy moreno como vosotras que habéis estado en la playa.

-No te preocupes, no dejaremos que te queme el sol, te pondremos cremita. – dijo Lola a la vez que me daba un beso en la mejilla y salía del dormitorio. - Chao.

Tras ella salieron Lulu y Bea y escuche sus risitas que me dejaron aún mucho más sofocado que cuando me besaron. Tenía tal calentura además del sofocón, que decidí estrenar la ducha y de paso hacerme una tremenda paja en honor a las hermanas, y aunque se estuviesen riendo de mí, merecería la pena si me abrazaban como lo había hecho Lola, poniéndome las tetas en el pecho. Una vez relajado, limpio y con ropa ya cómoda, me dedique a colocar mis cosas, comprobando que en aquella gran habitación tenía mucho más espacio que el que tenía en el apartamento del hotel en el que había vivido hasta ahora junto a mis padres. Coloque la ropa, los libros y monté mi PC en la mesa escritorio que había junto a la puerta del balcón, pero una vez ...