Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió - Relatos Eróticos

Mi hermana, sus amigas y la madre que las parió

... conectado me di cuenta de que no tenía la dirección IP y decidí bajar para preguntar ese dato y de paso saber dónde debía dejar mi ropa sucia y si me correspondería alguna tarea sobre ese tema. Me encontré con que mis padres se estaban despidiendo de Bea, de sus amigas y de su madre Laura, y esta me dijo:

-Ahora te íbamos a llamar para que te despidas de tus padres, que ya se van. Mañana traerán del hotel vuestro coche y las bicicletas, ya que en la cochera de esta casa hay sitio de sobras.

Tras los abrazos y pertinentes consejos de mis progenitores, por fin se fueron y ya estaba prácticamente anocheciendo, por lo que Lau, nos dijo que teníamos que cenar y que esta noche como algo excepcional, pediríamos unas pizzas, pero que los siguientes días nos tocaría preparar la cena a Lola y Bea, y al día siguiente a Lulu y mi, y así sucesivamente, por lo menos hasta que empezásemos la Universidad, y entonces ya veríamos. Mientras nos comíamos las pizzas con un refresco, Lau nos estuvo aleccionando de como debíamos de actuar en lo sucesivo, expresándose así:

-Todos los días la comida la tendréis que ir a buscar a “la casa de la abuela” un negocio de comidas caseras, por lo que diariamente, antes de las once, tendréis que encargar lo que cada uno prefiera, pero para la noche he decidido formar dos grupos, uno con Lola que es más experta en la cocina que su hermana y con Bea, que según vuestra madre es nula en esos menesteres, y el otro grupo con Lulu, que es igual que Bea ...

... y Fernando, que por lo que me ha dicho vuestra madre es casi un profesional cocinando, y de paso a ver si enseñas a Lulu.

-El grupo que se encargue de las cenas, en las que también tenéis que cocinar para mí, porque yo no suelo comer en la casa, se cuidara también de recoger la cocina, después del desayuno, la comida y la cena, y el otro grupo, además de ir a buscar la comida, de poner la lavadora con la ropa sucia, que hay que dejar en la canasta que hay en el cuarto de limpieza, tender la ropa y limpiar el salón, las escaleras y los pasillos. Además, cada uno se cuidará individualmente de su dormitorio y de su baño. – siguió dando instrucciones Lau como si de un sargento cuartelero se tratase – Y durante estos meses que vosotros estáis de vacaciones, ya que yo no, una vez hayáis cumplido con vuestras obligaciones podéis hacer lo que os plazca, pero tanto en el salón, como en el jardín y la piscina, después deberá de quedar todo recogido. ¿He sido clara?

- Si mama, ya lo sabemos, tú nos alimentas, nos compras la ropa, y pagas todos los gastos de la casa y nosotras tenemos que colaborar contigo como mínimo teniendo todo en perfecto orden. – dijo Lola con cierto recochineo – Y ahora también tenemos la obligación de que nuestros invitados colaboren como si fuesen nuestros hermanos, cosa que Bea ya lo sabe pues bien clarito que se lo dejaste cuando le ofreciste acogida. Y Nando, por lo que han dicho sus padres y por su forma de ser, suponemos que no nos causara ningún ...