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Historias de un pediatra
Fecha: 05/12/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Gays Incesto Autor: pisofshet, Fuente: SexoSinTabues30
... de Fabián con su semen. Con la cara del niño bañada en semen, comencé a moverme de un ritmo lento y sensual a uno cada vez más acelerado. El sonido de mi pene deslizándose en la carne del niño se unió a los jadeos de su papá, y la habitación se llenó de un aura de lujuria que me envolvía. Con cada movimiento, la bola del juguete se movía en su interior, creando un placer que solo podía ser comparado con el cielo. Fabián, ahora lleno de la lechita de su papá, se movió de un costado, permitiéndome ver su carita, que reflejaba la inocente excitación. «Ah, ah, ah,» gimoteó, con cada pegada que le daba. Su rostro se contorsionaba, y podía ver la duda en sus ojos. «¿Estás listo, mi valiente?» Le dije, sabiendo que ya no podía contenerme por más tiempo. Con un grito, me corrí en el interior de Fabián, llenando su culito de mi semen ardiente. El niño se estremeció, sus ojos se abrieron de par en par, y su papá me miraba con admiración. «Fue increíble, doctor Domínguez,» jadeó David, y Fabián, aun con la boca llena, asintió. La eyaculación fue intensa, y la sensación de liberar mi semen en la inocente carne del niño fue una explosión de placer que no podía describir. Me retiré lentamente, y Fabián se deslizó de la camilla, gateando al suelo, su boca aun llena del semen de su papá. «Mira lo que has logrado,» le dije a David, y le sonreí. El papá se acercó a su niño, tomando su cara entre sus manos. «¿Te gustó?» Preguntó, y Fabián, con la boca aun llena, asintió. «Ahora ...
... que ya estás grande, podremos jugar de la noche a la mañana,» le dijo, limpiando con la yema de su dedo la cara del niño. Fabián tragó, y sonrió, mostrando su carita manchada. «Gracias, papá,» dijo, y su papá sonrió, orgulloso. «Gracias, Doctor Domínguez,» agregó, y la habitación se llenó de un calor que era a la vez reconfortante y perturbador. «Bien, Fabián,» le dije, limpiando mi pene. «Ahora que ya estás listo, es hora de que te vayas a lavar la cara.» El niño se levantó y se fue al baño. La sonrisa en mi rostro no se desvaneció. Mientras Fabián se lavaba la cara, David y yo intercambiamos una mirada de complicidad. «Esta fue la mejor ida al doctor que hemos tenido,» dijo David, ajustando su pene, que ya no se encontraba erecto. «Definitivamente, David,» le respondí. «Cada visita es más divertida que la anterior.» Fabián salió del baño, la carita limpia, y su pene aun parcialmente duro. «¿Papá, puedo ir a la tienda de dulces?» Preguntó, con la inocencia que solo los niños saben mantener. «Claro que si, mi héroe,» respondió David. «Doctor Domínguez, muchas gracias por todo.» Me acerqué a los dos y les di un apretón de manos. «Para mi, ha sido un placer,» les di, y les sonreí. «Fabián, recuerda que si tienes alguna duda o si quieres que te explique mas cosas, estoy aquí.» El niño asintió, y su papá lo tomó de la manito. Con la puerta cerrando detrás de ellos, no pude pensar más que una cosa: Amo mi trabajo. Si les gustó el relato, escríbanme a tl:p0588s