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Remedios: Reme para las amistades
Fecha: 10/12/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: UGUI, Fuente: CuentoRelatos
... que por hoy ya no lo necesitaba, que podía retirarse y en silencio, pero sé que agradecido se fue. Durante aquel año que me pasé ahí aislada fueron múltiples las ocasiones en que use a Pepe. Siempre dócil y servicial. Reme tenía la costumbre de dominar a sus amantes, yo también, en eso nos parecíamos y aún hoy nos parecemos. A pesar de la edad. Me hace gracia a veces algún jovencito, que cree que porque estoy entrada en años, puede dominarme, apañado va. Además tengo la virtud de saber hacerlo de manera sutil, los voy llevando poco a poco a mi terreno, me encanta a veces poner alguno a babear antes de poder tocarme, eso me excita de sobremanera. A Reme también. Recuerdo al hijo de una conocida de juventud. Ella me llamó pidiéndome si la podía ayudar en conseguir un piso en la ciudad para su hijo. Él muchacho buscaba un piso para compartir con otros estudiantes, venían a la ciudad a estudiar en la universidad donde yo doy clases, además seguro que lo tendría de alumno. Por suerte yo misma disponía de uno, tengo varias inversiones en propiedades que las rento. Quedamos en que se pondrían en contacto conmigo para verlo y terminar de cerrar el tema. A los pocos días recibí su llamada para quedar conmigo y ver el piso. Lo cité en la misma vivienda a las once de la mañana. Se presentó el muchacho, Iván y su padre Marcos. En aquella época yo tendría los cincuenta ya hechos, estaba esplendida, erótica y a esa edad más puta que nunca, los yogurines me volvían loca, eran mis ...
... presas favoritas. Para la ocasión y como era verano me puse una mini falda vaquera y un top a tiras en forma de “X” que recogían mis pechos sin sujetador y me dejaba el abdomen y la espala al descubierto. Zapatos de tacón y todo de marcas elegantes. Con Marcos nos conocíamos algo, no mucho, habíamos coincidido en alguna feria o evento, solo nos relacionaba su mujer Elvira, que habíamos estudiado en el mismo colegio. Era un tipo elegante, y para nada era feo, incluso atractivo, tenía un deje que lo hacía interesante. Lógicamente al verme se le pusieron los ojos como platos, al percibirlo se despertó en mí lo zorra y calienta pollas que soy. Mi objetivo se centró en que se viera con la suficiente confianza de poder ligarme. Es cuando más dóciles son los hombres, cuando llegan a este punto de creerse vencedores. Pero mi objetivo no estaba en él, mi objetivo era Iván. Era la viva estatua de un dios griego, el muchacho con sus veinte años por cumplir se había convertido en mi presa. Les gustó el piso, lo compartiría con otro estudiante que además que coincidía que iban a estudiar lo mismo, y una muchacha que también iba a la ciudad, aunque a otra universidad. Pactamos el precio, estuvimos de acuerdo en que podrían ocuparlo cuando ellos quisieran. Quedamos en mi casa para firmar el contrato, que mañana mismo lo prepararía y cuando ellos quisieran. A los dos días recibí una llamada de Iván, diciéndome que si me apetecía podían firmar ya el contrato. Lo firmaría él como ...