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Remedios: Reme para las amistades
Fecha: 10/12/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: UGUI, Fuente: CuentoRelatos
... decirme que ya estaba todo en su lugar. Los hombres cuando están solos ante una mujer desnuda a la que creen inalcanzable, son el animal más dócil del mundo. – Ven Pepe, acérquese. – Si señora, como usted mande. – Acércate más Pepe. ¿Ves mis pechos? – Sí señora – Mis hijos no me sacan la suficiente leche para que queden relajaos y no duelan. – Pues vaya, en la farmacia creo que venden un aparato para eso. – Para que ir a la farmacia si se puede sacar de forma natural. – Sí, claro – Acérquese Pepe, Arrodíllese ante mí, acerque su boca a mis pechos y bébase un buen trago de cada uno. El pobre hombre se quedó de piedra, con solo una mirada mía de imposición, se acercó a mis pechos y empezó a mamarme torpemente. Yo me agarré una teta y le enseñaba a mamar como si fuera un bebe. Él cumplía con mis órdenes y le iba dirigiendo en la comida. Lo coloqué entre mis piernas y mi coño estaba expuesto y desnudo también ante él. Cuando lo aparté de mis pechos y la leche le regaloneaba por sus labios levante mi coño, le agaché la cabeza y le di de comer mi chichi. También le iba orientando de cómo debía comérmelo. Mis órdenes eran tiernas y a la vez rotundas, como si estuviera impartiendo una clase a un niño. Aquel vejete dejó de ser insignificante cuando lo hice desnudar. Su piel blanca y suave no tenía vello. Sus pequeños pechos caídos tenían la gracia que imponen los años. Pepe solo esperaba órdenes, no hubiera sabido que hacer si no se lo ordenaba. Lo ...
... hice levantar y quitare también los pantalones. Yo sentada en el sofá con las piernas abiertas vería en primer plano su polla cuando apareciera. Soy una cabrona y una zorra calienta pollas, como Reme, y me gusta en ocasiones ridiculizar a los hombres. Pretendía eso con él, humillarlo, pero tuve que cambiar de opción y tratamiento cuando apareció ante mí una descomunal polla que no estaba en nada de acorde con su aspecto físico. Parece que a él le alegró y sonrió satisfecho al ver mi rostro de admiración. Le llegaba por encima del ombligo, su tacto era suave, la tenía bien dura y sus testículos colgaban grandes y le llegaban, exagerando un poco, casi a medio muslo. No puede resistirlo, llevaba ya demasiados días sin tener una polla en la boca, abrí la boca y empecé a mamársela. Se corrió enseguida y sin avisar. Le bajó la erección, y aun así su polla debía medir casi un palmo. Decidí utilizar su boca y le dije como debía succionarme el clítoris con los labios, después de varios intentos, empezó a hacerlo medio bien. Él estirado en el suelo, y yo sentada en cuclillas en postura fecal sobre su boca me corrí. El viejo sonreía cuando le ordené que abriera bien la boca, pero la abría poco. Le agarré sus pezones y se los pellizqué fuerte, para causarle dolor. Tuvo que abrir la boca para emitir el grito, tan abierta la tenía que fue ideal para vaciar mi orina dentro de su garganta directamente. El pobre casi se me ahoga, tosía rojo como un tomate. Cuando se hubo recuperado le dije ...