1. Remedios: Reme para las amistades


    Fecha: 10/12/2025, Categorías: Grandes Relatos, Autor: UGUI, Fuente: CuentoRelatos

    ... juventud, y después nos tumbamos y revolcamos en la hierba del jardín, estuvimos follando hasta que escuche el regreso de mis hijos. El chaval me hizo mojar. Nos volvimos a ver un par de veces, pero deje que pasara tiempo, el amor cuando se da mucho y seguido puede ser peligroso, cae en la tentación de ser engullido por el enamoramiento, y esta es la emoción y estado de más gilipollez que se da en la condición humana, aunque en sus inicios todo parece maravilloso. Es algo que me autoimpongo casi desde siempre, no enamorarme, como Reme, en eso somos iguales.
    
    También somos iguales a la hora de jugar a calentar pollas, principalmente a los hombres que sabemos no nos vamos a follar, o bien por no gustarnos físicamente, o por no tener ningún atractivo válido para una. Sé que soy una cabrona, pero no tengo remedio, me gusta serlo y aun hoy en día. Disfruto con eso, a veces una se encuentra en alguna reunión, o celebración, donde el alcohol invita a despellejare de una poca de dosis de vergüenza, en esas celebraciones o eventos habitualmente visto siempre sexy, y luzco hermosa y provocativa. Al no tener pareja los zánganos siempre pululan a mi alrededor para ver si pican a la reina, y convertirme precisamente en la reina del deseo de los hombres y mujeres, me encanta. A Reme también.
    
    Recuerdo un día que llegué a calentar tanto a un joven que estaba casado con una belleza de mujer, que le propuse como condición para acostarse conmigo, que me la entregara también a ella en la ...
    ... cama, o sea, un trio. Le dije que si la convencía, metérmela podría. Al principio se rio, creía que me cachondeaba de él y lo dejé helado cuando en un momento que se acercó ella a nosotros, le dije delante de su marido.- Hola Elisa, estaba aquí con tu marido hablando de un tema, ya te diré, quiere pedirte una cosa, os dejo unos minutos para que lo habléis.
    
    Lo dejé con la obligación de decírselo, lo utilicé para mi propósito y no me fui muy lejos, durante la velada, como él era un moscardón a mi alrededor, su mujer al principio no paraba de mirarnos, y yo le cazaba la mirada y le sonreía, ella me devolvía siempre la sonrisa. En uno de estos encuentros de miradas furtivas con ella, me atreví a guiñarle un ojo, y me sonrió en complicidad. La verdad es que yo ponía caliente a su marido, pero ella me ponía caliente a mí. Llevaba entonces un tiempo sin hacerlo con otra mujer y esa muchacha me ponía a cien. Era menudita, tendría unos treinta como él, yo entonces tenía mis cuarenta muy bien puestos. La mujer vestía con un vestido largo y muy escotado, apenas tenía pechos, iba sin sujetador y se le percibían unos pezones largos, estas mujeres sin tetas y de pezón largo, siempre me han puesto a mil, además sé por experiencia que suelen ser las lobas más feroces en la cama.
    
    Me acerqué a ellos de nuevo, porque vi que se comentaban sonriendo algo, al acercarme vi que se les subían los colores a los dos, ella me sonrió, él no lo sé, porque en aquel momento solo tenía ojos para ella. Le ...
«12...456...16»