1. Mis días en el convento.


    Fecha: 15/12/2025, Categorías: Fantasías Eróticas Hetero Sexo con Maduras Autor: Juan Alberto, Fuente: SexoSinTabues30

    ... que no era la primera vez que hacían esto. Sor Denisse se estremecía moviendo sus caderas mientras padre Antonio bufaba y gruñía follándola violentamente, estaba claro que ella gozaba y se corría siendo violentada de esa manera.
    
    Yo estaba todavía recostada sobre el altar, pero había logrado girarme y estaba solo semiparalizada. Pude ver como padre Antonio aplastaba y tiraba de las duras tetas de la monja. Los dos estaban embelesados en follar y procurarse el máximo de placer. Las nalgas del padre Antonio ondulaban y se movían embistiendo con fiereza el coño de Sor Denisse que con los ojos cerrados rasguñaba la espalda del prelado emitiendo chillidos y gritos de goce. No podía moverme mucho, solo mirar como él bombeaba sin cesar la vagina depilada de Sor Denisse, sus enormes tetas estaban aplastadas por los pectorales del padre Antonio y no temblaban ni un centímetro, no se como podía tener tetas tan duras. Después de una decena de minutos de este tratamiento, Sor Denisse exclamó.
    
    —Ahora Antonio … Estoy por gozar … Por la santísima trinidad lo quiero todo … Dámelo todo con fuerza … ¡Ssiii! …
    
    El padre Antonio la aferró por los hombros e inició una frenética serie de embistes mucho más fuertes y ella comenzó a gritar.
    
    —¡Uhhhhh! … ¡Ssiii! … ¡Ahhhhh! … ¡Aaaahhhh! … ¡Umpf! … ¡Umpf! … ¡Más! … ¡Ssiii, asiii! … ¡Ummmmm! … ¡Santo bendito! … ¡Eres un regalo del Señor, Antonio! … ¡Ssiii! … ¡Ummmm! …
    
    Los dos acabaron y se quedaron inmóviles por un rato, Sor Denisse le ...
    ... dijo.
    
    —Todavía no has terminado … Tienes que desflorar su boca …
    
    Se levantaron y vi el pene del sacerdote lacio y caído hacia abajo, todavía se veía grande y grueso, pero ya no lo tenía duro, aunque goteaba restos de mi sangre mezclado a una substancia lechosa, cuando vi el entrepierna de Sor Denisse ella también tenia chorreando de sus muslos el mismo zumo viscoso. Ambos se acercaron a mí, él estaba lo suficientemente cerca como para que su cuerpo casi tocara el mío, tenía su pene frente a mis ojos, podía verlo nítidamente y observar la substancia lechosa que goteaba de su cabezota hinchada. Me fascinaban sus formas. Empezó a tocar mis pechos jugueteando con mis pezones que comenzaron a endurecerse. Me gustaba eso, pero entendí que probablemente no estaba bien, solo que no podía detenerlo. Eran cosas que me gustaba hacer cuando estaba sola en mi cama, pero no era agradable cómo las hacía él. Enseguida se inclinó hacia mí, giró mi cabeza hacia su pene y me dijo que me lo llevara a la boca.
    
    Estaba disgustada, sabía que eso no estaba bien, pero no podía oponerme y él estaba seguro de que yo haría exactamente lo que me estaba pidiendo. Intenté decir que no tratando de mover mi cabeza. Inmediatamente intervino Sor Denisse y me dijo que no fuera tonta y que hiciera lo que me pedían, había sido elegida para ser la ofrenda al Señor y ahora era la hija de Dios, ninguna otra niña sería tratada tan bien como yo. Así que hice lo que me pidió. No me gusto el sabor, pero comencé a ...
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