1. Consolándome con mis compañeros de estudios (2)


    Fecha: 29/12/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Daniela, Fuente: CuentoRelatos

    ... llegaba, un pocos desilusionada me dirigí a la salida y para mi suerte él iba entrando a la escuela, mirando que nadie se percatara que le hablaba me fui a saludarlo.
    
    —Hola…
    
    —¡Hola cosita!… ¿Qué cuenta la puta más rica de la escuela?… —me dijo con cinismo.
    
    —Pensé que no vendrías… ¿Ya viste a los muchachos? —le pregunté rápidamente.
    
    —Te hice una pregunta, cabrona… ¿Cómo está mi puta?… —me dijo atrayéndome del mentón.
    
    —Bien papi… Pero, ¿ya viste a Víctor y Adrián?…
    
    —No, apenas voy llegando…
    
    —¡Ah, qué bueno!… Es que… ¿Puedes venir conmigo a mi casa?… —le solté de pronto.
    
    —¿Y qué onda con esos cabrones?… —me interrogó sin saber mis planes.
    
    —Los veríamos después, es que, es una vieja fantasía que me gustaría realizar solo contigo… —él me vio de pies a cabeza y aceptó gustoso:
    
    —Claro mi reina, ya quieres empezar la fiesta, ¿verdad nena?… —me contestó sonriente y dándome una palmada en las nalgas…
    
    —Es que… Bueno, quiero estar sola contigo ahora…
    
    —Con todo gusto mamita, así te dejo bien ampliada para la noche…
    
    —Pero no quiero que nadie se dé cuenta que nos salimos, me esperas en la tienda y paso allí por ti, voy por mi coche, ¿si?…
    
    —Está bien, allá te espero pero no tardes mucho…
    
    Con paso rápido y muy ansiosa, fui por mi auto y salí de la escuela; él me esperaba y subió al coche dirigiéndonos a mi casa. Como era viernes, le había dado permiso a la muchacha para que se fuera a su pueblo, pues con mis molestias no lo había hecho y como ...
    ... todo estaba planeado, me convenía que ella no estuviera en casa para estar a mis anchas…
    
    No tardamos mucho en llegar y dejé el coche afuera, ya que si mi esposo llegaba esa era la seña para que supiera que estaba cogiendo con alguien.
    
    —Oye mamacita, no está tu marido, ¿verdad?…
    
    —No mi rey, salió esta mañana de viaje y regresa hasta mañana —le comenté mintiéndole pues mi esposo solo se había ido al trabajo.
    
    Tan solo al entrar a casa, Martín me abrazó y me empezó a besar, mientras sus manos me acariciaron las nalgas duras y temblorosas bajo mi faldita, ya sin preámbulos me hinqué ante él y bajándole el zíper le saqué su verga ya bien parada y babosa, y me puse a mamársela como tanto me gusta hacérselo a los machos que me han cogido.
    
    Martín disfrutó de mis mamadas gimiendo, al grado que me cacheteó con su enorme macana, dejándome la cara embadurnada de su jugo lubricante… Cuando terminé de mamársela, se la dejé bien ensalivada; abriéndole el pantalón se lo bajé y empujándolo al sofá lo hice sentar, para luego quitarme la falda y la tanga montándome a él para sentir su verga en mi raja que destilaba mis mieles.
    
    Primero me metió solo su gorda cabeza, pero atrapándome por las nalgas me jaló y de un solo fregadazo, me la metió hasta el fondo, yo gemí por lo grande de su miembro, pero aguanté como las machas y me quedé quieta adaptándome a su grosor y tamaño; mientras, él me sacaba la blusa dejando mis senos desnudos al alcance de su boca, succionando mis pezones y ...
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