La mili
Fecha: 19/06/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... ese tiempo no he parado de hacer elucubraciones. "Si ahora mira hacia ese lado significa que me quiere; si el vasco me suelta una pijada es la señal de que tengo que ir allí y entrarle; si ahora entra el sargento es señal de que esta tarde me lo follo..." Y así chorrada va y chorrada viene. Me tomo un trago de la copa y ese coñac canalla baja arrasando por la garganta. Con ese ardor me digo que le entro ahora o nunca. Así que me aproximo con ese arrojo de soldado que no sabía que tenía. Serpenteo por entre la gente sin perderlo de vista. Sabe Dios de qué estará hablando, pero las risas son muchas. No me ve, ¡el muy hijo puta no me ve!, y estoy esperando su mirada como si fuera una señal; pero la muy cabrona no viene. El valor que llevaba me pesa y se baja a los pies; otro lingotazo y vuelve a subirme a los cojones, y ocurre una cosa muy curiosa: lo tengo tan centrado que sólo está él. Mientras me acerco todo ese barullo ensordecedor pasa a segundo plano hasta desaparecer para mí; lo mismo ocurre con la gente, todos esos guripas de mierda comienzan a tomar un tono como metálico en el que pierden toda su textura hasta deshacerse en sueños, en chiribitas que se unen en sombras difusas hasta perder todo su cuerpo, todo su significado. - - ¿Qué pasa "follapelas"? (De este modo me entero de cómo me llaman, aunque ni siquiera me molesto en contestarle a ese burgalés de ful, pero el nombre me quedará para lo que me queda de mili) ¿Andas perdido? ¿Buscas cambio para follar esta tarde? ...
... Estallan las risas, pero me la suda. En ese momento ni existen. Él también se ríe, pero al momento corta esa sonrisa tan deliciosa como si estuviera avergonzado. Ese pequeño gesto que pasa desapercibido para los demás, aunque no para mí, me anima a continuar. He pensado en decirle mil cosas, las ensaye de todas las maneras posibles, pero le suelto lo primero que se me viene a la cabeza. - - Mi cabo, quería hablar con usted –digo acercándome a su oreja. Él asiente y se aparta hacia la ventana. Los demás dejan de prestarnos atención y comienzan a soltar sus sandeces en una especie de ping-pong compartido. - - ¡Dime! Tú dirás –me responde hablándome a la oreja. Escuchar su voz así me excita. - - Quería pedirle un favor mi cabo. Es una tontería, pero le estaría muy agradecido. Hoy quedé en el centro con mi tío para pasar inspección. (Él me mira extrañado, por su mirada sé que la mentira va por buen camino.) Es para dar el visto bueno a todas las llamadas que he hecho a casa. Es que antes de venir tuve bastantes follones con el hachís y querrá comprobar que ando con buenas compañías (me sonríe) y la única que tiene esa pinta es usted, mi cabo (vuelve a sonreír, ahora hay un pequeño reflejo de incredulidad). No es peloteo mi cabo, que me vea con usted le indicará que ya ando por buen camino. Total sólo será un momento. - - No sé si debo. - - El taxi lo pago yo y usted puede quedar después con la basca. No será más de cinco minutos. Le aseguro que mi tío es puntual. Es banquero (Se ...