Coincidencias
Fecha: 04/10/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... su madre no tenía coche. El chaval insistió, sin ser consciente de la peripecia que suponía esa distancia en transporte público, así que me acabó arrancando quedar el sábado por la tarde para pegar cuatro chuts en un parque. No hay mucho que contar del parque. Iván era bastante bueno para contar con sólo 8 años y mostraba a raudales la energía propia de un crío de esa edad. A las dos horas aproximadamente, di por finalizada la tarde pues había quedado con Pol, así que nos encaminamos a casa. La sorpresa vino cuando me di cuenta que al niño se le habían acabado las pilas y se arrastraba de la mano de su madre. Lo tomé en brazos, poco antes de que cayera rendido. Así, entramos en su piso para posarlo sobre su cama y que pudiera dormir tranquilo la tardía siesta. Maite me cortó el paso tendiéndome una cerveza cuando me dirigía a la salida. Iba a rechazarla, pero ya estaba abierta, así que no me quedó otra que agradecerla. Nos sentamos en el sofá, siendo ella la que tomó la iniciativa. Verbal, preguntándome si tenía novia. Negué. -¿Y eso? -Lo dejé con una chica hace meses, pero no suelo tener pareja estable. -Aún eres muy joven. Sonreí. -Tú también eres una mujer joven. -No, -exclamó complacida, -ya no soy joven. -¿Qué edad tienes? -Eso no se le pregunta a una mujer, -me riñó fingidamente. -Te echo 35 pero pareces más joven. -Eres un mentiroso –respondió coqueta. –Me echas muchos más, pero quieres alagarme. La cerveza había sido un indicio, pero el juego en el sofá no me dejó ...
... duda alguna. Maite quería algo más y yo debía decidir rápidamente qué hacer, así que seguí el juego mientras deshojaba la margarita. -Ya les gustaría a mis amigas de la universidad estar tan bien cómo estás tú. –Ahora sí tenía el orgullo hinchado. -¿De verdad te parezco atractiva? -De verdad. Mucho. Ya no hubo nada por decidir. Mis hábitos de ave nocturna, mi hábitat de caza pues un camarero de pub de éxito lo tiene bastante fácil, actuaron casi por inercia avanzando mi cuerpo hacia el suyo. Ella respondió de la misma manera, hasta que nuestros labios se encontraron. Tardé un rato en mover las manos. Maite vestía una camiseta fina de manga larga con mallas oscuras, lo que me permitió notar perfectamente las formas de aquella atractiva mujer. Primero el muslo, duro, hasta que ascendí por su costado recorriendo con cautela el joven contorno de la madura mamá. No acaricié su pecho hasta que no la noté entregada, devolviéndome con intensidad el morreo que yo proponía, lengua buscando lengua. Su brazo rodeaba mi cuello mientras mi mano, abandonaba el seno cubierto para adentrarse en el bajo de la tela, buscando intensificar la exploración. Cuando ésta llegó al pecho, acariciándolo por debajo a través del sostén, abandonó mis labios para rogarme, trátame con cariño, por favor, es todo lo que necesito. La besé con suavidad, abrazando el pecho completamente, mientras ella apoyaba la nuca en el sofá dejándome hacer. Colé la mano dentro del sujetador, acariciando una amplia masa de carne ...