1. Ayudando a Mamá (01).


    Fecha: 02/04/2019, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... sorpresa. Soy… tu madre. -Sí lo sé. Perdoname, fui un estúpido –tenía ganas de llorar, caí en la cuenta de lo grave que era el asunto, prácticamente había forzado a mi propia madre a tragarse mi semen. -No, Nico, está bien. La culpa es mía... por venir con esas historias… y tocarme delante tuyo. No pensé con claridad… fui una irresponsable… pero tanto sexo y alcohol me nublan el juicio… -Yo también tomé mucho… por eso no pensé… no es tu culpa. -No importa… ya pasó. Fue un mal entendido. No te preocupes. -Lo decís solamente para que no me ponga mal. -No. Siendo sincera, tengo que admitir que fue un lindo gesto de tu parte… sólo que no fue apropiado. Mejor no le demos tanta importancia. El alcohol provoca que la gente haga estupideces –ella vio que mi cara de preocupación no se borraba–, además estaba rica –agregó sonriendo, no volvió a limpiarse la cara. -Gracias –le devolví la sonrisa con timidez–. No me terminaste de contar qué paso con Luis –noté que ya no parecía tan entusiasmada por relatar lo ocurrido -por favor, contame. -Bueno… está bien –volvió a recostarse sobre la cama, yo quedé de rodillas frente a su cara- ¿Por dónde iba? Ah sí. Luis me pasó su pene por la cara, obligándome a tragar el semen –pasó su lengua alrededor de sus labios, recolectando parte de mi leche, la tragó y siguió hablando-, me sentía culpable por haber engañado a tu padre, era la primera vez en mi vida que le era infiel... pero sabía que él lo era conmigo... y estaba tan caliente que ni siquiera ...
    ... me importó. Le chupé la verga a Luis hasta que se le paró otra vez y me abrí de piernas, pidiéndole que me coja una vez más... Comenzó a masturbarse de nuevo, al principio lo hizo lentamente y luego aceleró el ritmo. A mí se me había puesto dura otra vez y no pude evitar tocarme, ésta era la experiencia más excitante de mi vida. A pesar de lo ocurrido, el tenerla tan cerca me provocaba mucho y la calentura me desinhibía. Ella me daba detalles de cómo nuestro vecino se la montaba como a una yegua. Sus detalles eran muy explícitos, hablaba de cómo se le abría la vagina, de lo profundo que se la enterraba, de lo caliente que se había puesto y todo esto sin dejar de tocarse. Sin miramientos pasé la punta de mi verga contra su mejilla, arrastrando los residuos de semen, ella no dejó de hablar. Describía la forma en la que Luis le había chupado las tetas mientras yo desparramaba la leche por todo su rostro, pasaba por su frente y bajaba lentamente hasta su cuello, le estaba frotando la verga por toda la cara y ella permanecía con los ojos cerrados narrando y masturbándose. La escena se volvía más y más erótica. Ella dijo algo refiriéndose a que mi padre llegó apenas unos segundos después de que Luis se marchara. Le iba a preguntar qué había ocurrido luego; pero en ese momento vi que mi madre frotaba intensamente su clítoris y gemía con ganas, estaba teniendo un orgasmo. No aguanté las ganas, me moví rápido y me coloqué entre sus piernas, las cuales estaban bien abiertas, podía ver ...