1. Ayudando a Mamá (01).


    Fecha: 02/04/2019, Categorías: Incesto Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos

    ... mano con mucho disimulo. Como estaban sucediendo cosas extrañas decidí espiar a mi madre todo el tiempo que me fuera posible, sin que ella lo notara. Cuando ella fue hasta la cocina, a buscar más cervezas, la seguí manteniendo la distancia y pude ver a otro hombre, al cual no conocía, aprovechando un corto tiempo a solas con mi mamá. Él se acercó a ella por detrás y le tocó la cola con una mano, extendió la otra y le agarró una teta, estrujándola entre sus dedos. Me quedé boquiabierto, pero fue algo rápido, de pocos segundos. Mi mamá sonrió restándole importancia al asunto. El tipo hizo un comentario refiriéndose a lo bien dotada que estaba y se alejó. Pasados varios minutos vi que Graciela se dirigía al baño, pero cuando llegó la luz ya estaba encendida, de todas formas entró. Esto me sorprendió mucho, ¿por qué entraría al baño sabiendo que está ocupado? Me asomé con cautela. Como la puerta quedó entreabierta pude ver que la persona que ya estaba adentro era la mujer rubia, amiga de Zulma. Eso lo explicaba todo, las mujeres solían ir juntas al baño, vaya uno a saber por qué motivo. Las dos estaban maquillándose mientras se miraban al espejo, mi mamá estaba inclinada hacia adelante pintándose los labios con cuidado, el color que usaba era suave, le otorgaba un leve brillo a su linda boca pero no la hacía lucir extravagante. Estaba a punto de retirarme, creyendo que no vería nada interesante allí; pero de repente vi que la rubia metía su mano debajo de la pollera de mi madre. ...
    ... Se me paralizó el corazón, eso no me lo esperaba. Mi mamá, como venía haciendo hasta el momento, no dijo nada. Su pollera se levantaba lentamente y la mano se perdía debajo de ella. Escuché a mi madre emitiendo un ahogado quejido, pero no dejó de pintarse con el lápiz labial. Por la tela de la pollera no podía ver lo que ocurría pero por los movimientos de la mano, podía imaginármelo. Graciela se inclinó un poco más hacia adelante separando sus piernas al mismo tiempo que se espolvoreaba las mejillas. No importaba que esa mujer fuera mi propia madre, eso era un acto lésbico, de hecho era la situación más lésbica que había visto en persona en mis dieciocho años de vida. Mi pene se puso duro en un segundo, se paró tan rápido que me sorprendió a mí mismo. La espectacular rubia, de boca carnosa y nariz respingada, seguía colándole los dedos mientras le decía halagos al oído. Tenía mucho miedo de que alguna de ellas notara mi presencia reflejada en el espejo, pero el pasillo estaba oscuro y era difícil que distinguieran mi figura. Sin embargo casi me da un infarto cuando mi madre se volteó. Logré tranquilizarme un poco cuando ella se detuvo mirando fijamente a la mujer de apretado vestido y cabellos dorados. La verga me dio un salto al ver lo que ocurrió a continuación. Graciela prácticamente se abalanzó sobre ella y la besó con una pasión totalmente desconocida para mí. Nunca había visto que besara a mi padre de esa forma y allí estaba comiéndole la boca... ¡a una mujer! La rubia ...
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