Ayudando a Mamá (01).
Fecha: 02/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... le respondía besándola con la misma intensidad. Estaban abrazadas y parecían adolescentes en celo. Sus bocas luchaban la una contra la otra y podía ver cómo, ocasionalmente, se daban leves mordidas en los labios. ¿Qué carajo estaba ocurriendo con mi madre? Miré para ambos lados en el pasillo y, como no vi a nadie, saqué la verga del pantalón, comencé a tocarme suavemente cuando en ese momento mi mamá subía la apuesta .Se puso de rodillas en el suelo y levantó el corto y ajustado vestido de la rubia, ella ni siquiera llevaba ropa interior. Pude ver una conchita bronceada y completamente depilada. “¿Mamá no iras a…?” me preguntaba mentalmente cuando la respuesta se hizo evidente. Graciela dio un nuevo beso apasionado, aunque esta vez lo hizo sobre los labios inferiores de la rubia. Nunca hubiera sospechado que mi madre tuviera inclinaciones lésbicas, pero mis ojos no mentían, allí estaba ella, chupando una concha con muchas ganas. Podía escucharla intentando respirar sin dejar de lamer. La lengua abandonaba su boca para encontrarse con los pequeños labios vaginales de la rubia. Luego, viscosos ruidos de succión me hicieron comprender que mi mamá le estaba chupando intensamente el clítoris. Yo estaba como loco, tenía ganas de meterme al baño y penetrar a esa monumental rubia que gemía suavemente mientras le practicaban sexo oral con devoción. ¡Qué linda si veía mi madre en esa posición! Debía admitirlo. Giraba su cabeza de un lado a otro frenéticamente, perdiéndose entre los ...
... muslos de su compañera y absorbiendo todos esos jugos. En ese momento descubrí... o mejor dicho, fui consciente de que las madres también se masturban. Metió su mano derecha debajo de su pollera y comenzó a toquetearse vigorosamente. Nunca se me olvidó que ella era mi progenitora, pero estaba muy caliente y me hubiera encantado ver esos deditos sacudiendo su clítoris o hincándose en su agujerito, me avergoncé por pensar esas cosas, pero la escena era demasiado fuerte para mí, no lo podía evitar. La escena cambió completamente cuando Graciela se puso de pie y la rubia dio media vuelta apoyando las manos contra la pared, como tenía el vestido levantado pude ver su redondo y macizo culito. Los dedos de mi madre toquetearon la mojada concha, pensé que ahora se los metería pero en lugar de eso los introdujo por el asterisco. El culito de la impactante rubia se abrió dejando pasar un dedo mientras ambas mujeres se buscaban con la boca. Se besaron como pudieron y otro dedito se clavó por detrás. Ese culo debía tener experiencia en sexo anal, ya que los dedos entraban y salían con mucha facilidad. Los gemidos de la mujer se perdían dentro de la boca de mi progenitora. Tuve que volver bruscamente a la realidad cuando escuché un ruido en un pasillo, era como si alguien hubiera tropezado contra una de las lámparas de pie u otro adorno. Guardé mi miembro apresuradamente y en cuanto volví a mirar a mi madre, me encontré con que ya estaba retirando los dedos del culo de la rubia. Salí ...