Ayudando a Mamá (01).
Fecha: 02/04/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: nokomi, Fuente: RelatosEróticos
... corriendo hacia mi cuarto, intentando no emitir el menor ruido, temeroso de haber sido descubierto. No supe qué o quién chocó contra la lámpara pero eso era lo que menos me importaba. Me tendí boca abajo sobre mi cama, hundiendo mi cara contra la almohada. Tenía el corazón acelerado y me dolía la verga al quedar aplastada entre mi cuerpo y el colchón, pero a la vez era una sensación placentera. No podía creerlo, había visto a mi propia madre teniendo relaciones sexuales con otra mujer. Mi cabeza daba vueltas y miles de ideas colisionaban entre sí. Creí que me volvería loco. ¿Por cuánto tiempo ella había reprimido fantasías lésbicas? ¿Sería ese el motivo de separación con mi padre? Tal vez a ella siempre le gustaron las mujeres y se había casado con él sólo para evitar el rechazo de la gente. No quería hacerme una idea equivocada así que decidí no darle tantas vueltas al asunto... al menos no por ahora. Me llevó unos minutos reponerme de la impactante escena. Regresé a la fiesta para que nadie sospechara. Encontré a mi prima algo aislada en la mesa y con las mejillas rojas por todo el alcohol consumido. Me senté junto a ella e intenté charlar, pero sólo podía pensar en lo que había visto. Naty decía incoherencias y se reía como boba, aparentemente la cerveza le había afectado. Luego de unos minutos advertí que mi madre no estaba por ningún lado, así que me puse de pié para buscarla. Si algo más estaba ocurriendo debía saberlo. Primero fui hasta su cuarto, pero allí no había ...
... nadie. Seguí deambulando y pensando dónde podría estar hasta que la vi entrando al cuarto de lavado. Esta vez cerró la puerta tras de sí. Era obvio que no estaría sola allí dentro, no iba a ponerse a lavar ropa en medio de una fiesta. Pensé rápido y corrí hasta el patio de la casa, allí había una pequeña ventana que daba al lavadero desde la cual podía observar lo que pasaba adentro. Como la noche era cerrada y muy oscura era muy difícil que me vieran. Además las tupidas plantas me ayudaban a ocultar mi silueta. Me asomé sin saber lo que iba a ver y lo que vi superó por mucho mis expectativas. Allí estaba Graciela inclinada sobre el lavarropas apoyada sobre sus grandes pechos. Detrás de ella, moviéndose frenéticamente, se encontraba Luis, nuestro vecino. Me preguntaba cuántas veces ese desgraciado había fantaseado con cogerla y ahora lo estaba haciendo. Ella tenía los ojos cerrados y la boca abierta en evidente señal de placer. Con cada embestida del tipo, el cuerpo de mi madre se sacudía hacia adelante, como yo la veía de frete no podía ver cómo la penetraban, pero por los movimientos de ambos sabía que ella lo estaba disfrutando y que esa verga entraba y salía rápidamente. Nunca pensé que mi madre se dejara coger tan fácilmente. Se me puso rígido el pene otra vez y comencé a tocarme inconscientemente por arriba del pantalón. La escena era verdaderamente morbosa, no sólo porque estaba viendo cómo se cogían a mi mamá, sino por quién lo hacía, un tipo brusco, desalineado... que ...