Jarochos muy calientes. - 3 -
Fecha: 08/05/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Fernando, Fuente: RelatosEroticos-Gratis
... vez de susto, por lo que sucedía, algo que nunca había experimentado. Después de unos minutos, noté que él, tomando valor, a su vez hizo penetrar su lengua en mi boca. Lo dejé actuar, saboreando su saliva que se introducía en mi boca con los movimientos aún más atrevidos de su lengua. En cierto momento, acercándome a su oído lo felicité : "Qué rico besas !... Y te gusta sí te como las orejas ?.... mmm... mmm... Me encanta... Qué guapo eres, chico !" Y durante unos minutos le puse la punta de mi lengua en el hoyo de sus orejas... mordisqueando sus lóbulos. El muchachito se reía, y se retorcía en su asiento : "Hehehe... me haces cosquillas...."
Con la estrechez de los asientos, me dí cuenta que nuestros pantalones molestaban, así que tras echar un vistazo al resto de los pasajeros y asegurarme que no nos podían ver, nos bajamos nuetras prendas hasta los tobillos. El muchachito llevaba unos calzoncillos con personajes de Walt Disney : el Pato Donald y sus nietos !... Más cómodos sin nuestros vestidos, pasabamos nuestras manos por debajo, cada uno masajeando el otro. El niño lo tenía ya duro como yo. Me lancé a besarlo otra vez en la boca, y así estuvimos un rato, paladeando nuestras lenguas con suavidad, y sobando nuestros penes. El joven había aprendido rápido, y nuestras lenguas ahora luchaban por ir ganando y apoderarse de la cavidad bucal del otro. Que juego sabroso !
Retiré su mano de mi pene, pues con sus caricias estaba a punto de correrme. Bajé sus calzoncillos a ...
... la mitad de sus muslos. Su polla, sin ser grande, tenía un buen tamaño. Su color trigueño, su prepucio arrugado que dejaba ver un glande rosado, sus bolas sin vello, el pequeño mechón de pelos, arriba del pene, en su bajo vientre, todo... todo me pareció obra de maestro, el cuadro perfecto de un órgano sexual de adolescente, de un muchachito recién salido de la pubertad. Me incliné y llevé a mi boca su miembro erecto a no más poder. Primero con besos, luego con chupetones en su glande, subiendo y bajando su pellejo... Luego seguí comiéndome sus huevos. El niño suspiraba sonoramente de placer. Pienso que fué la primera mamada de su vida... Seguí comiendo sus pezones, procurando no tocar su pene porque veía que estaba a punto de venirse. Pues, subiendo por las ingles y la cara interior de sus muslos, lamí sus testículos. El chiquito no podía aguantarse, su corazón le latía a mil, y yo también estaba en presa de una incontrolada excitación. Cómo su polla me cabía entera en mi boca, intenté meter también sus huevos... El muchachito seguía aguantando bien, aceleré el ritmo y al poco él hacía el gesto de apartarme, empujándome la cabeza. Al ver que no me quitaba, ni le hacía caso, el niño se rindió, y se corrió dentro de mi boca, espectacularmente. Debo reconocer que me sorprendió, no esperaba tanta lache, al rato tenía la boca llena. Dejé caer unos chorros sobre su pelvis, para ver el color y la consistencia de su semen. Era un semen bastante espeso y blanco, por ser la lefa de un ...