La impuntualidad me cobró factura - Relatos Eróticos

La impuntualidad me cobró factura

... maltratadas nalgas, me estaba poseyendo y se divertía, se burlaba, se daba un banquete conmigo sin ningún tipo de limitante, dejé caer mi cabeza sin soltar el plug y mi cabello caía desarreglado sobre mi cara, yo estaba más que rota pero me di cuenta que ya no lloraba, solo soportaba el castigo y la humillación, era mejor esperar a que el tipo acabara y se marchara. El seguía bombeando más no hablaba, solo se escuchaban sus jadeos, mi ano había dejado de doler, de algo servía tanta práctica adquirida con tantos hombres.

La debilidad venció mis brazos y mi cuerpo cayó en la cama solo sujetado en la cadera por los brazos y miembros del tipo que aún me penetraba. Luego me volvió a poner boca arriba y subió a mi cara, me colocó sus huevos en mi boca y yo solo abrí la boca y saque la lengua, el jugaba hasta que hundió su miembro en mi boca, yo permanecí quieta, con la boca abierta solo recibiendo el pene del tipo. Me volvió a clavar por la vagina solo para terminar y dejarme llena de su semen. Al darme cuenta de esto, hice un último ligero intento por quitarme y volví a manotear con prácticamente nada de fuerza pero me azotó las tetas sin piedad y puso su mano derecha sobre mi cara aplastando mi cabeza contra el colchón.

Bramó fuerte por un tenso orgasmo que duró más de lo que yo hubiera deseado, me tomó con autoridad por el cuello y fijó su mirada en mi como presumiendo su victoria y a mí, a mi solo me quedó hacer un puchero llorando, nunca tuve oportunidad ante este tipo ...

... que había planeado todo y lo supo manejar y dominar desde un inicio hasta tenerme a su entera disposición.

Él se recuperó y se levantó, entró al baño y se vistió, noté que esculcaba mis cosas pero yo no tenía ánimos ni fuerza para ver lo que hacía, finalmente salió de la habitación sin decir nada.

Yo me quedé tirada en la cama, me observaba a detalle en el espejo del techo, no estaba muy alto así que podía ver lo suficientemente bien para notar los detalles, mi cabello estaba totalmente desarreglado, enmarañado y húmedo, una lágrima rodaba por mi cara y luego otra que salió del mismo ojo. La cama estaba desarreglada, se veía con partes húmedas en las sábanas grises yo estaba ahí en el centro con el maquillaje corrido, la cara roja, sentía inflamados mis ojos ya negros por la pintura corrida al igual que mis labios con el labial corrido se veían también inflamados, había restos de sangre seca en mi nariz, mis tetas estaban rojas, sentía como mi vagina seguía chorreando un poco del semen que no había alcanzado a quedar bien almacenado dentro de mi vagina, mi pierna derecha parcialmente doblada sobre la izquierda y la mirada estaba perdida, yo me sentía lastimada y humillada, es la peor escena de destrucción que había visto en mi desde siempre, la diferencia ahora era que esto yo no lo busque ni lo había pactado con algún cliente. Después de un rato me levanté y me extrañó que Mario no me hubiera marcado, llegué a pensar que estaba furioso conmigo por perder la cita. Mi ...