Pequeñas Aventuras: Princesa. (Parte 1) - Relatos Eróticos

Pequeñas Aventuras: Princesa. (Parte 1)

... sobre mis caderas, para quitarme lentamente los leginns y el tanga y comenzar a besar suavemente el interior de mis muslos. Mi cuerpo se estremecía cada vez que notaba su respiración sobre mi sexo. Solté un fuerte suspiro cuando noté por primera vez su lengua lamer mi coño.

-Papi… -. Fue lo único que alcancé a decir.

Comenzó a lamer y a chupar mi clítoris con suavidad, pero a la vez con intensidad, mientras notaba como sus dedos comenzaban a jugar con mis labios y se deslizaban poco a poco en mi interior con facilidad debido a que ya estaba muy húmeda. Me incorporé un poco en la cama para poder ver como jugaba con mi coño.

-¿Bien princesa? -. Preguntó mirándome dulcemente a los ojos.

-Sí -. Contesté mordiéndome el labio.

En ese instante su mirada cambió, vi aflorar en su rostro una media sonrisa, diría que hasta retadora, mientras posaba su otra mano en mi bajo vientre. En cuestión de segundos comenzó a masturbarme con intensidad, sintiendo como sus experimentados dedos en mi interior sabían perfectamente donde tocar y su pulgar seguía jugando con mi clítoris. Me dejé caer de espaldas en la cama con un largo gemido.

-Uf… -. Suspiré, cerré los ojos y me dejé llevar.

Mi cuerpo comenzó a temblar, sintiendo como sus dedos me follaban a la vez que, con su otra mano, ejercía una leve presión sobre mi abdomen. Empecé a gemir, cada vez con más fuerza, notaba mi coño empapado, oía mi coño empapado, no podía articular ni una sola palabra, tan solo gemir de ...

... placer, nunca me habían masturbado de aquella manera. Aguanté lo que pude, para disfrutar de aquello el máximo tiempo posible. Noté como mi espalda se arqueaba de manera involuntaria. Hasta que ya no pude más y llegue al orgasmo en una explosión de fluidos, casi literal, empapando la cama mientras mi cuerpo seguía estremeciéndose durante unos segundos más.

-Joder, papi -. Logré decir cuando pude recobrar el aliento.

Alcé la vista para mirarle a los ojos justo en el momento en el que se terminaba de despojar de toda su ropa.

-Aún no hemos terminado -. Dijo con esa voz que tanto morbo me generaba.

Agarró mis piernas, las puso sobre sus hombros y en un instante sentí como su polla penetraba en mi interior con fuerza. Solté un pequeño grito al notarla entrar de golpe, más qué por el dolor en si, por la sensación de sentir mi coño lleno.

-Deseaba esto desde hace mucho tiempo -. Comentó mirándome a los ojos.

Sus fuertes embestidas hacían que mi cuerpo se moviera por completo encima de la cama. Mi coño no dejaba de chorrear cada vez que sacaba su polla para volver a metérmela hasta el fondo, sintiendo un escalofrío cada vez mayor.

-Soy toda tuya -. Le dije entre suspiros y gemidos.

Comenzó a follarme con mayor intensidad si cabe. Yo en esa posición solo podía someterme a sus movimientos, a su pasión. Notaba que el cuerpo me ardía que el siguiente orgasmo no tardaría en hacer aparición.

-Fóllame mas fuerte, papi -. Casi grité sintiendo que mi cuerpo comenzaba a ...