Pequeñas Aventuras: Princesa. (Parte 1) - Relatos Eróticos

Pequeñas Aventuras: Princesa. (Parte 1)

... temblar de nuevo.

-Me encantas -. Dijo él ya con la voz entrecortada.

Notaba su polla latir en mi coño cada vez que penetraba en mi interior, sabía que su orgasmo estaba cerca, al igual que el mio. Comencé gemir de nuevo, con fuerza, sin ningún tipo de contención, sabía de sobra que le encantaba oírme gemir.

-Joder, princesa -. Exclamó tensando todo el cuerpo.

En ese instante me dejé llevar, corriéndome con un largo gemido, sometida a él, a su voluntad, sin pensar en posibles consecuencias. Cerré los ojos y tan solo disfrute de un nuevo orgasmo, esta vez no tan explosivo, pero más largo en el tiempo. Le dejé hacer, solo llevada por mi propio placer.

-¡Dios, papi! -. Fue lo primero que dije cuando recobré la compostura.

Alce la mirada de nuevo y pude verlo, agarrando aún mis tobillos, respirando profundamente y con la polla muy dura todavía. En ese momento entendí perfectamente lo que había pasado, no se había querido correr dentro de mí.

-Espera -. Dije soltándome de sus manos y arrodillándome delante de él a los pies de la cama.

Habiamos bromeado muchas veces sobre que sería capaz de hacerle el mejor sexo oral de su vida, y siempre me contestaba que no tenia ninguna duda de que lo sería, así que me dispuse a cumplir mi palabra. Agarré su polla empapada de mis flujos y me la metí en la boca sin pensarlo ni un segundo. Empecé a mamársela a la vez que le masturbaba con las dos manos. Ahora era él que empezaba a gemir sin control, sintiendo sus ...

... espasmos cada vez que paraba unos segundo para jugar con mi lengua.

-¿Te gusta? -. Pregunté sacándome su polla de la boca y mirándole a los ojos.

-Mucho -. Contestó con la voz entrecortada.

-Ya te dije que era mi especialidad -. Dije sonriendo pícaramente para, al momento, volver a meterme su deliciosa polla en la boca.

No paso mucho tiempo cuando note su cuerpo temblar, su orgasmo estaba cerca. Él también lo sabía e hizo un pequeño amago de sacar su polla de mi boca, no lo iba a permitir.

-Me voy a correr -. Me avisó.

Fue la señal, aumenté la intensidad de mi mamada hasta que a los pocos segundos soltó un enorme gemido descargando toda su leche en mi garganta. Aguanté como pude, tragándome toda su corrida sin querer desperdiciar ni una gota de su sabor, hasta que tras varias descargas dejó de correrse. Me separé de él y relamiendome los labios lo mire a los ojos.

-Eres increíble, princesa -. Me dijo dándome un tierno beso en los labios.

Me agarró de las manos, me levantó del suelo y fundidos en un abrazo nos derrumbamos en la cama. Me dormí al instante, sintiéndome extasiada y protegida.

NdA: Sé que soy muy pesado, pero si no lo digo no me quedo a gusto... si has llegado hasta aquí... Gracias.

En este caso, el relato se sale un poco de lo que suelo escribir, pero por diferentes motivos le he puesto un mimo y un cariño especial... Espero que os guste.

Besos de pico

"Nada de lo que escribo es mentira, pero tampoco es totalmente cierto".