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Amor inesperado de una joven casada
Fecha: 20/08/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: TodoRelatos
... que me había hecho disfrutar su marido. - Como que nada? – me preguntó intrigada – Ahora me lo cuentas. - Es que me sorprendió. - El que te sorprendió? - Es que me cuesta explicarlo y más a ti – le dije – A ver… Tanto Javier como yo tuvimos otras parejas antes de estar juntos. No estuve con tantos hombres, eh!... Pero nunca, ni Javier ni esos chicos de antes, me habían hecho esas cosas como tú Eduardo. Ay que vergüenza! – a pesar de la oscuridad me tapé la cara con la mano. - Lo importante es …te gustó? – me apartó la mano – Mírame! Te gustó lo que te hizo Eduardo? - Si – le respondí mirándola – Me gustó mucho. Sin poder aguantar su mirada mientras le confesaba eso la abracé para tapar la cara contra su hombro. - Por eso estoy tan abrumada. Nunca pensé… - Que pudieras sentir esas cosas? Que alguien tan mayor te hiciera disfrutar tanto? - Si, es que me encantó. - Al principio Eduardo era un poco torpe – me dijo – Cosa normal siendo yo la primera chica con la que estaba, pero poco a poco le fui enseñando a tocarme. Me alegra saber que le enseñé bien, entonces. - Si, muy bien. Al estar así abrazadas y quizás por recordar lo que su esposo me había hecho, sentí que el roce de su camisón sobre mis pechos me estaba provocando un agradable cosquilleo en los pezones. Estos se estaban poniendo duros y Carmen lo notó. - Te gusta lo que sientes al recordarlo? – me dijo en un susurro al oído. - Si. No sé si era fruto de mi imaginación, ...
... pero juraría que debajo del camisón sus pechos también estaban reaccionando. - Es bonito sentir emociones nuevas. No crees? – sus labios rozaban el lóbulo de mi oreja al hablarme. - Si, es bonito. - Estás temblando – me abrazó pegando sus pechos a los míos. - Tú también… Todo sucedió como si fuera un sueño en el que por mucho que busques explicaciones al despertar, nunca las encuentras. Cuando sentí los labios de Carmen besar mi oreja, solo pude abrazarla fuerte y suspirar contra su cuello. Un suspiro que se transformó en respiración agitada cuando sus suaves manos se posaron en mis nalgas para arrimarme a ella y sentí su pierna entre las mías. Todo mi cuerpo vibraba con aquellas caricias. Apoyé la mano temblorosa en su cadera y me di cuenta que su camisón se había subido, al notar la tersura de su piel, su calor y animada por lo que estaba sintiendo, estiré el brazo para acariciarla como ella a mí. Nunca me había imaginado que pudiera provocarme esa sensación pasar la mano por sus nalgas y me sorprendió lo mucho que me gustaba. Las recorrí con la palma de la mano, con los dedos. Lo hice de manera suave y por momentos apretaba su nalga para sentirla en mi mano y supe que a Carmen le estaba gustando por su manera de suspirar. Un extraño vacío se apoderó de mi cuerpo cuando su mano dejó de estar en contacto con mis nalgas, pero enseguida supe que si lo había hecho era para regalarme una nueva sensación mucho más intensa. Su mano se deslizó entre nuestros ...