1. Amor inesperado de una joven casada


    Fecha: 20/08/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: TodoRelatos

    ... llevé mis manos hacia su cintura y le bajé la ropa dejándolo desnudo.
    
    Aquel cuerpo desnudo no era el de mi marido y quizás por eso mismo lo recorrí con las manos en un intento de conocerlo, explorarlo. Acaricié sus testículos, los cubrí con mi mano y sin saber por qué, tanteé su peso.
    
    - Están pesados? – me dijo sonriendo y dándome un beso en la mejilla.
    
    - Bastante – me ruboricé – Perdone, es que son bastante gordos y...
    
    - Y? – me preguntó para hacerme seguir hablando.
    
    - Me llaman la atención.
    
    - Ven …- agarrando mi cintura me llevó hacia la cama y nos tumbamos en ella – A mi también me llama la atención tu cuerpo – su mano acarició mi pecho y me gustó como lo hizo – Son preciosos.
    
    Mientras Eduardo me acariciaba los pechos, yo acaricié su polla y sus testículos. Éramos dos personas descubriendo el cuerpo del otro. Nadie me había acariciado nunca con tanta suavidad y sentía que ese hombre, a pesar de haber estado con solo una mujer en su vida, sabía como tocar el cuerpo femenino hasta hacerlo envolver en una sensación orgásmica continua.
    
    Su mano descendió por mi estómago. Deseaba que esa mano tan delicada alcanzara mi vagina y abrí mis piernas para hacerle entender lo que necesitaba. Se detuvo en mi monte de Venus y lo masajeó presionando en él deliciosamente. Aquella sensación era indescriptible. Sus dedos comenzaron a moverse como si estuviera tocando el piano sobre mi pubis y sentía mi clítoris vibrar cada vez más descontrolado. El placer que aquellos ...
    ... dedos me estaban haciendo sentir se volvió insoportable y lo miré sorprendida.
    
    - Eduardo…- me costaba hablar – que me está haciendo? Nunca sentí esto – me agarré a él con fuerza.
    
    - Disfruta. Te gusta?
    
    - Mucho… pero…
    
    Redobló el ritmo de sus dedos y bajé la mirada hacia mi vagina y me impactó ver cómo los labios se habían abierto y mi vulva palpitaba agitada. Se veía totalmente mojada y hilos de flujo resbalaban por mis nalgas hasta formar un pequeño charco sobre el colchón.
    
    Perdí el control de mi cuerpo y exploté en un orgasmo que arrasó mi cuerpo entre temblores. No pude evitar que mi vagina expulsara aquellos chorros que tanta vergüenza me daban.
    
    - No me lo puedo creer – le dije palpando el colchón empapado – Ha sido increíble – me tumbé sobre la cama y hundí mi cara en la almohada.
    
    Eduardo me acarició el pelo intentando tranquilizarme y bajó su mano por mi espalda.
    
    - Es maravillosa la sensibilidad que tiene tu cuerpo.
    
    - No pensé que estuviera tan sensible – lo miré agradecida y mis ojos descendieron hasta su pene – Gracias.
    
    Me moví para apoyar mi cabeza en sus muslos y mientras su mano seguía acariciando mi espalda, acerqué mi mano a su sexo. Se lo acaricié un rato pero deseaba hacer algo más y acerqué mi cara. Se lo besé y acaricié con mi lengua. Sabía muy bien.
    
    La idea de que Carmen pudiera aparecer de repente, me hizo mirar hacia la puerta. Ésta seguía cerrada y, sin apartar la vista de ella, abrí mis labios y dejé que su hinchado glande ...
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