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Amor inesperado de una joven casada
Fecha: 20/08/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: TodoRelatos
... resbalara entre ellos. Escuché como gimió de placer cuando comencé a mover mi cabeza sobre su miembro y recordé que mi marido siempre me decía que era la mejor mamadora de pollas del mundo y que se notaba lo mucho que me gustaba darle placer con la boca. Con ese recuerdo, me preguntaba si Eduardo también opinaría lo mismo en ese momento y aumente la velocidad de mi vaivén deseando que fuera así. Él acariciaba mi cabeza y me sentí un animalillo al que intentaba tranquilizar pero sentía que me gustaba demasiado saborear esa polla tan distinta a la de mi esposo. - Como sigas así…- su voz sonaba muy sensual - …vas a hacer que me corra. En otras circunstancias hubiera aminorado el ritmo, pero me estaba gustando demasiado el sabor de su polla y su manera de acariciarme con tanta ternura la cabeza. Seguí moviéndola con movimientos profundos en los que sentía su palpitante glande alcanzar mi garganta. Gimió. Mi mano derecha agarró sus testículos, juraría que estaban mucho más pesados que antes, y los masajee sin parar de chupársela. Otro gemido acompañado de temblores en las piernas. - Me corro, Mónica – me dijo con voz grave – Dios! Que gusto. Nunca pensé que un hombre pudiera eyacular de esa forma tan exagerada. Por mucho que intenté tragar todo me fue imposible. Eran chorros de semen largos y, al tercer disparo, me atraganté haciendo que los dos últimos terminaran en mi cara. Exhausto me miró y con la sábana me limpió avergonzado. - Perdona – dijo ...
... limpiando mi mejilla. Estaba alucinada con lo que acababa de vivir y lo miraba sorprendida. - Siempre echas tanto al correrte? – le pregunté asombrada. - Siempre tuve eyaculaciones bastante abundantes pero esto hasta me sorprendió a mi. - Nunca pensé que podríais tener tanto semen ahí – le acaricié los testículos – Con razón pesaban tanto. Se tumbó a mi lado y me abrazó. Nos mirábamos con cara de sorpresa por lo que estábamos sintiendo. En sus ojos pude ver que deseaba besarme y que el miedo a molestarme si lo hacía, se lo impedía. Acaricié su cara y sentí que yo también deseaba besarlo. Me avergonzaba estar deseando besar una boca que no era la de mi Javier. - Quiere besarme? – le pregunté mientras acariciaba su rostro lleno de arrugas. - Me encantaría – sus gruesos labios temblaban al hablarme – Pero no es necesario si no quier….. - Béseme – le dije cerrando los ojos. Fue extraño sentir los labios de otro hombre juntarse con los míos y después de unos segundos de vacilación entreabrí la boca para que me besara por completo. Aquel hombre era una caja de sorpresas y besaba como nunca me había besado nadie. Sabía como deslizar su lengua por la mía, como lamer mis labios, como atrapar con sus carnosos labios los míos y tirar de ellos mientras los chupaba. Consiguió que fuera yo la que buscara su boca, cuando hábilmente se detenía, haciéndome reconocerle que me encantaban sus besos y deseaba más. Me excitaba su boca y como la usaba. - Quieres que ...