1. La captura de Letticia


    Fecha: 29/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: Catalina, Fuente: TodoRelatos

    ... restaurante y la cafetería y muestre su tarjeta de la suite para ser invitado. Le recuerdo que su tarjeta le da acceso NFC tanto a su camarote como a cualquiera de los camarotes del segundo y tercer vagón siempre y cuando haya mujeres dentro.—Jeanette terminó y volvió a apoyar su cabeza calva en el suelo.
    
    Carlo se quitó la fina chaqueta que llevaba y se dispuso a comer su tentempié. Se entretuvo mirando las medianas tetas de su esclava negra y le tiró las sobras. Jeanette no debía de haber comido nada tan delicioso en su vida puesto que se tragó el huevo escalfado que le dejó Carlo sin usar las manos y sin apenas masticar.
    
    Aquella joven esclava pronto se encaprichó de él. Carlo se fue a cenar después de un par de horas descansando en la cama y cuando regresó se encontró con que la esclava le había preparado un cóctel y lo había dejado en un posavasos sobre el escritorio. Carlo se preguntó si debía bebérselo. No tenía una buena relación con la bebida. Podía beber cerveza, pero con cosas más fuertes su alcoholismo podría volver. Se dijo que por una vez estaría bien y bebió. Estaba delicioso. Seguramente Jeanette tenía formación en ese campo, así que le ordenó que preparara más. Carlo bebió con avidez, pero también hizo beber a Jeanette. Pronto dejó los cócteles y pasó a cosas más serias, asegurándose de que su nueva esclava se lo pasaba tan bien como él. Jeanette no podía tragar más alcohol, pero finalmente lo intentó bebiendo una botellita de ginebra que le dio su ...
    ... amo.
    
    Pasaron unos cuarenta minutos. Carlo estaba borracho y cantaba; Jeanette, que no podía sostenerse sobre sus propias piernas, se abrazaba gateando a la pierna de él para equilibrarse.
    
    —Voy a salir—dijo Carlo, dando un trago a su botellita de vino. Abrió el minibar y sirvió un chupito de whisky, licor de café y un poco de zumo de naranja en el vaso de Jeanette. Le metió en la boca el resto de la botella. —Bebe esto, todo lo paga el Slut's Fate. Cuando termines quiero que bebas este cocktail, el cold fashioned sin hielo es mi favorito. Cuando vuelva a la habitación no quiero que quede ni una gota o te prometo que te daré una buena paliza—ordenó mientras su esclava trataba de entenderle y asentía torpe y repeidamente sujetando como podía la botella de whisky y el vaso.
    
    Carlo cogió su tarjeta y salió de la habitación. Caminó por el estrecho pasillo del tren ayudándose de cada esclava o fempleada que veía yendo y viniendo. Les agarraba los pechos para mantener el equilibrio y les azotaba el culo al despedirse. Descubrió que aquel vagón sólo tenía 10 camarotes. El resto del tren tenía 25 en cada vagón, 10 de las cuales eran comunales, algunos exclusivas para mujeres que habían pagado una tarifa más alta. Esto no las libraba de los violadores de clase superior ni de los aprovechados de segunda clase que las tocaban a la menor oportunidad pero, al menos, cuantas más mujeres juntas, menos probabilidades de ser violadas, como en una lotería.
    
    Carlo entró en una cabaña donde ...
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