Echo una mano al mejor amigo de mi marido
Fecha: 11/10/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: VictoriaSG, Fuente: TodoRelatos
... noche de pasión. En cualquier caso, debía quitarme eso de la cabeza, ya que no traicionaría a su mujer ni siquiera estando muerta.
Durante las siguientes semanas traté de no pensar en eso, aunque cada vez que veía a Kike no podía evitar imaginarme cosas indebidas. Dentro de la tristeza absoluta, el amigo de mi marido se iba animando cada día un poquito más, parecía que empezaba a ver la luz y tenía intención de abrir de nuevo su negocio.
- Malen, no sé cómo agradecerte todo lo que has hecho por mí.
- Para eso estamos los amigos.
- Eso pensaba, pero no es que Ernesto haya colaborado mucho.
- Es un enfermo de trabajo, yo ya no sé qué hacer.
- Pues yo voy a reabrir la papelería la semana que viene.
- Es una gran noticia.
- Supongo, pero no sé si voy a ser capaz de llevarla yo solo.
- Yo estaría encantada de ayudarte.
- Ni hablar, ya has hecho suficiente.
- Me aburro pasando tanto tiempo en casa y quiero colaborar.
- Eso ya sería demasiado abusar.
- Puedes abusar de mí todo lo que quieras.
- ¿Qué?
- Quiero decir de mi confianza, por supuesto.
Después de mucho insistir accedió a que le echara una mano en la papelería. Pensé que sería una gran idea para ayudar y mantenerme distraída, pero enseguida me di cuenta de que fue un gran error. Verlo en el entorno laboral me sirvió para descubrir que Kike no solo era un gran marido, sino que también era una persona increíble en todos los sentidos.
Cada vez me sentía más atraída por él, ...
... no podía evitarlo. Me ponía cuando lo veía a tratar con los clientes, siempre tan amable coma educado y haciendo bromas, a pesar de estar pasando por algo muy duro. Esa pena no la iba a olvidar nunca, de hecho, cuando bajábamos la persiana para comer, a menudo se derrumbaba y empezaba a llorar.
Justo era esa vulnerabilidad, la muestra de sentimientos de los que Ernesto parecía carecer, lo que lo hacía más deseable a mis ojos. Mientras lo consolaba me costaba mucho no establecer contacto físico, no darle un abrazo, porque sabía que después de eso no podría controlarme. A veces me daba la sensación de que era Kike el que buscaba mi calor, pero debía de estar confundida.
- Este dolor tan intenso que sientes acabará pasando.
- ¿De veras lo crees?
- Por suerte o por desgracia, estamos programados para seguir adelante.
- Sin ella no puedo.
- No será hoy ni mañana, pero acabarás conociendo a otra.
- Eso es imposible.
- ¿Por qué?
- Ni yo puedo volver a enamorarme ni otra va a quererme como ella.
- Lo primero no lo sé, pero lo segundo estoy convencida de que ocurrirá.
- Solo lo dices para animarme.
- Eres un hombre increíble, Kike, todo lo que quisiera que Ernesto fuese.
- No sé lo que le pasa, pero tú mereces más de lo que ahora mismo te da.
Tras decirme eso ya no pude evitar rodearlo con mis brazos. Kike dejó que lo abrazara, incluso me correspondió, y estuvimos así durante un buen rato. Al separarnos nos quedamos mirándonos a los ojos y yo ...