Sola con mi sobrino, en la vieja casa familiar
Fecha: 15/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... mirada de mi sobrino se cruzó con la mía, nerviosa e insegura sorprendida con mi mano acariciándome. Sonrió y realizó un gesto con las manos de es lo que hay.
Volví excitadísima a mi dormitorio y no conseguía olvidar la escena. El cabrón no solo se follaba a su ayudante en la farmacia, sino que también se beneficiaba a la asistenta que encima estaba casada.
Mi excitación había cambiado de lugar. Del estómago había bajado a mi vagina. Subí mi camisón e irremediablemente me acaricié. ¿Podría yo tener sexo con él? ¿Formar parte de su harén? Mi cabeza comenzó a desvariar, siendo consciente de que era una completa locura ese pensamiento. ¡Era el hijo de mi hermana! Hice un enorme esfuerzo para rechazar la tentación de que brotara líquido de mis entrañas.
Al día siguiente, me sentía nerviosa y con un sentimiento de culpabilidad. Me asustaba que pudiera pensar que era una mirona o descubrir que viéndolo se había convertido en el protagonista de una fantasía nocturna. Mi sobrino ya me esperaba.
—Verás tía...
—No tienes que darme ninguna explicación.
—El pueblo es muy aburrido, aquí no hay mujeres como tú, atractivas, con clase, con las que formar una pareja, todo es más simple.
—La vida no es justa. Yo me conformaría con alguien simple que fuera fiel.
—El tío es un gilipoyas por no conservar una mujer como tú. Lo que daría yo por encontrar una mujer de tu nivel...
Y lo que daría yo por dormir abrazada...Y que leches, y por disfrutar de una noche de pasión ...
... de un joven apasionado que retumbara el cabecero de la cama contra la pared hasta derribarla.
Volví a salir por el pueblo, esta vez saludando a aquellas personas que recordaba que me retenían queriendo saber toda mi vida en unos minutos. Me invitaron a comer unas amigas de la infancia que parecían mis madres. Me costaba alejar mi cabeza de lo acaecido por la noche.
Poco antes de las 8, aparecí por la farmacia. Antonio estaba atendiendo a una clienta y me pidió unos minutos para terminar. Notaba como se sonreían, él tenía una palabra amable para ella.
Cuando entró a la rebotica para quitarse la bata, comenté con Laura.
—Vaya sonrisas te dedica....—le dije—. Hacéis buena pareja.
—Supongo que habréis hablado de mí. Le aprecio mucho. Y él a mí. Pero estate tranquila, no hay ningún compromiso.
No sabía si se excusó pensando que me debía alguna explicación. ¿Había percibido algo especial entre nosotros? Después de un buen espacio de tiempo, salió Antonio.
—Ya podemos irnos, está todo controlado.
Volvió a producirse una despedida entre Laura y Antonio mucho más explícita que la vez anterior. Me sentí convidada de piedra en una fiesta de ellos dos.
—Has renunciado a un polvo con Laura por llevarme a cenar.
—Ella se quedará hasta tarde y mañana tiene que abrir pronto. No es día de polvos para ella.
Como anticipó bien, en media hora de autovía llegamos a Santiago, donde me llevó a cenar a un precioso lugar en Santiago, eligiendo un rincón alejado de la ...