Sola con mi sobrino, en la vieja casa familiar
Fecha: 15/10/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Juan, Fuente: TodoRelatos
... zona de ruido ambiental, facilitando una conversación tranquila.
—Una botella de vino —pidió Antonio.
—¿Una botella? Menos mal que no conduzco.
—Me gusto estar contigo anoche con una copa de vino en la mano. Te desinhibe un poco.
—A Tomasina no le hizo falta vino para desinhibirse...
—Pasa muchos días sola y tendrías que conocer a su marido, es un animal.
—No tienes que darme explicaciones, es tu vida.
Tenía razón. Con una copa de vino se me soltaba la boca. Alcé mi copa para brindar.
—Por mi sobrino, el Brad Pitt del pueblo —reímos de la gracia.
—Por mi tía, mi Angeline Jolie.
Aunque era cierto que le traía un lejano aire por mi melena y mis pómulos, por edad podría ser mi hija.
—La madre de Angelina...
—La Angelina Jolie de mi juventud —sonrió con una cara que no sabía como interpretar.
Esa cena, los dos solos, se parecía más a una salida de dos amigos que al detalle de un sobrino hacia su tía sola y desplazada de su casa. Entre sonrisas y galanteos por parte de Antonio, la conversación nos hacía disfrutar de una noche preciosa, lejos del compromiso de sentirnos tía y sobrino.
—¿Como te encuentras aquí, lejos de Madrid y del pueblo?
—Muy bien, mejor de lo que imaginaba.
—¿Qué piensas hacer con tu matrimonio? Imagino que te dará miedo iniciar una nueva vida, pero también eres joven para vivir una vida que no quieres.
—Mi intención es divorciarme.
—¿Cuanto lleváis peleados?
En lugar de sentirme incómoda hablando con ...
... su sobrino de temas tan íntimos, encontraba agradable la conversación. En ese momento, Antonio era la única persona con la que podía hablar sinceramente de mi vida.
—Cuando me enteré de su engaño, quise devolvérsela pero no me atreví.
—La rabia no es buena consejera. Conduce a cometer errores.
—Fue una ocasión que el cielo me ofreció para ponerme a prueba.
—¿Un aquí te pillo y aquí te mato?
—No sabría definir que fue. Pero no podía ser nada serio... el chico era todavía más joven que tú —se decidió a contarlo recelosa de su juicio—. El hijo de una amiga.
—Hoy en día no existen edades en las relaciones. No me extraña que atrajeras a un chico joven, te conservas muy bien.
Yo habría preferido no pasar por esa experiencia pero no podía cambiar las reglas, ni hacer que un marido cumpliera sus votos de fidelidad, otra razón para poner tierra de por medio con Madrid. Si tuviera veinte años menos, seguramente cambiaría muchas de las cosas que había hecho en mi vida, pero ya era tarde.
Su cercanía me hizo percibir por primera vez el olor de su masculinidad.
—Eres muy amable, te ha tocado hacer de confesor. Me vendré al pueblo como si fuera un convento.
—No creas que en el pueblo todo es castidad...
—Por supuesto, que se lo digan a Tomasina. O a Laura...
—Laura también quiere marcharse. Mientras tanto, se entrega al amor sin exclusividad. No soy el único hombre en su vida.
—Me parece bien, la promiscuidad no debe ser patrimonio del hombre.
—No ...