Los casos de Amanda: El conde de la noche
Fecha: 11/11/2024,
Categorías:
Control Mental,
Autor: Alstier, Fuente: TodoRelatos
... mantenía continuamente en la penumbra a la que sus ojos ya se habían adaptado. Escuchó risas y voces tras las grandes puertas que daban al salón, y se detuvo frente a las mismas para tomar aire. Le llegó el olor del humo de cigarros habanos, del metálico sabor de la sangre, y notó cómo su instinto la excitaba ante las criaturas que había al otro lado.
Abrió las puertas.
La gran sala era de planta ovalada. Grandes sofás y sillones se repartían por todo, una rugiente hoguera iluminaba la estancia, y en cada elegante asiento se sentaba una criatura que, a simple vista, podría pasar por humana. Pero la frialdad de sus pieles no escapaba a los sentidos de Amanda, ni tampoco los afilados colmillos que asomaban bajo los labios superiores. Junto a cada invitado había al menos un ser humano auténtico: hombres o mujeres, en su mayoría muy jóvenes, que aguardaban desnudos y de rodillas junto a sus amos vampíricos. Amanda vio cómo una vampira llevaba su afilada garra a la yugular del humano junto a ella y, tras perforarla con parsimoniosa destreza, rellenaba su copa con el líquido vital.
El humano no reaccionó. Estaba dominado.
—Querida, bienvenida. Estás muy hermosa.
—Gracias… Conde —respondió la albina.
—Baila para mis invitados.
Amanda lo hizo al ritmo de la música de cámara que empezó a sonar, repitiendo las katas de las artes marciales que dominaba. Mientras lo hacía, los vampiros en torno a ella empezaron a hablar.
—Es muy hermosa, Conde. ¿Va a ser su ...
... nueva mascota?
—Espero que sea más.
—¡Ah, así que busca una esposa! —respondió una vampira, con la voz extrañamente rasposa—. ¿No ha aceptado?
—Lo hará. La he maldecido a las puertas del clímax, tarde o temprano aceptará.
—¿Me permitiría añadir algo a su maldición, Conde?
Al momento, Amanda sintió cómo el Conde aferraba su voluntad y la obligaba a arrodillarse junto a aquella vampiresa, de piel morena y pelo rubio que aparentaba unos veinte años de edad. Con una sonrisa cruel, puso la mano frente al rostro de Amanda y pronunció unas palabras en un idioma antiguo.
Cuando el Conde la liberó, Amanda gimió con un sobresalto, intentando entender qué ocurría. Era como si el más mínimo roce del vestido que llevaba le hiciera unas cosquillas tremendas.
—He triplicado su sensibilidad —informó la vampira con crueldad—. Tanto el placer como el castigo serán… auténticas torturas para una criatura que no puede alcanzar el orgasmo.
—Oh… joder… —susurró Amanda, intentando controlarse.
El conde se puso en pie, y todos los invitados guardaron silencio.
—Considerad a esta humana un obsequio por esta noche. Os prohibo morderla, convertirla, matarla o dañarla permanentemente.
—¡Por favor! —suplicó Amanda—. No me haga esto, haré lo que quiera, ¡por favor!
—¿Accederás a la vida eterna?
Amanda guardó silencio. El Conde se giró e hizo un gesto a los invitados.
Y la Albina no pudo hacer nada cuando fuertes manos no-muertas le agarraron los brazos, ni cuando el ...