Los casos de Amanda: El conde de la noche
Fecha: 11/11/2024,
Categorías:
Control Mental,
Autor: Alstier, Fuente: TodoRelatos
... vampiro se separó de ella al tiempo que las personas abandonaban la habitación, y Amanda sintió cómo la mano que aferraba su mente la liberaba.
—Furcia o Condesa —dijo el Conde, saliendo de la estancia—. Espero haber escogido bien, albina. Vístete como quieras y ven al salón, esta noche tengo invitados y los satisfarás a todos. Solo les he prohibido que te muerdan o te dañen seriamente, pero tienen permiso para usarte a su antojo. No me decepciones.
Con esas palabras, Amanda se quedó a solas en la habitación. “Estoy jodida”, pensó. El vampiro la tenía bien atrapada, no tenía ninguna posibilidad de escapar de él… todavía. Solo necesitaba un error, conseguir algún pequeño artefacto mágico que, sin duda, el Conde debía tener, un momento para pedir ayuda… Todo eran opciones demasiado dejadas al azar, demasiado fuera de su control…
Se sintió hiperventilar.
Se sentó en el suelo, cruzó las piernas y cerró los ojos, intentando dejar la mente en blanco. Su maestro siempre recomendaba meditar cuando todo parecía perdido; el silencio embargó sus sentidos, el frío suelo bajo sus nalgas desapareció, el dolor de los abusos y los golpes de la noche anterior se adormeció, y pronto solo reinó la nada en su mente. Pero pronto, o quizá tras varios minutos, la calma se rompió cuando una dulce y aguda voz se formó en su mente, una voz que venía… de otro lugar.
“Ya te veo. Corres peligro. ¿Dónde estás?”
Amanda tuvo que concentrarse para no perder el estado de trance en el que ...
... había entrado. Era ella. Su hermanastra pequeña, su amiga del alma, su amante… Princesa. La fata con la que compartía vida y vivienda, había sentido que estaba en peligro. La albina se concentró para responder, imaginando la imagen que había visto a través de la ventana la pasada noche.
“Lo veo. ¿Dónde te atrapó?”
Amanda formó en su mente la imagen del pequeño hotel donde la había violado. Sintió la frustración y el horror de aquella noche al no entender cómo habían fallado sus defensas.
“Alguien lo dejó entrar, un humano”.Ningún pensamiento de Princesa llegó a Amanda por unos segundos.“Lo noto aferrando tu voluntad, no podrás liberarte tú sola. Hazle creer que te está venciendo, pero no caigas en su juego. No sé cuánto tardaré, pero llegaré. Resiste. Te quiero”.
Y la presencia de Princesa abandonó su espíritu. Amanda abrió los ojos, sus sentidos volviendo al horror donde estaba atrapada, y se puso en pie, buscando entre los trajes algo adecuado. ¿Furcia o condesa?
Decidió que ambas. Escogió un elegante vestido ceñido de color negro, probablemente de principios del siglo XX, que contrastaba bellamente con su blanca piel. Solo tenía que jugar su juego el tiempo suficiente, bailar entre esas dos posibilidades, hasta que llegara Princesa. Se preparó para salir, pero tuvo que detenerse llevándose las manos a la entrepierna cuando una nueva oleada de excitación la torturó.
Recorrió los lóbregos pasillos; era un enorme loft moderno, con suelo enmoquetado, pero se ...