1. Los casos de Amanda: El conde de la noche


    Fecha: 11/11/2024, Categorías: Control Mental, Autor: Alstier, Fuente: TodoRelatos

    ... conde?
    
    —A mi mansión en Canadá. Saldremos en dentro de una hora y…
    
    El gran vampiro se calló y miró alrededor, notando Amanda la alarma en él.
    
    —¿Magia? ¿Qué es esto?
    
    Entonces ella lo notó también. Siempre había magia en aquel apartamento, parte del poder del vampiro que lo ocultaba a la vista de los simples humanos, pero había aparecido una nueva presencia. Notó calor, el típico calor agradable de las noches de verano de su infancia, y cuando miró a su alrededor le dio la impresión… de que la realidad se había roto. Sobre las elegantes y frías paredes aparecían por momentos imágenes de una agradable casa de madera; el paisaje tras la ventana, de luces de neón y grandes edificios, alabeaba con el paisaje de un bosque o una playa… Le era familiar, muy familiar, pero no conseguía recordarlo, como si fuera el recuerdo de una vida pasada.
    
    —¡¿Glamour?! Cómo se atreven… —farfulló el vampiro—. ¡Cómo se atreven! Nos atacan, ¡todos a la entrada! Nosotros nos encargamos de la fata…
    
    Mientras otros vampiros y sirvientes menores obedecían la orden, el Conde llamó a la magia, la cual tomó sus ojos; Amanda se quedó quieta, sintiendo una presencia… en su mente. Como alguien que conoció una vez y que había olvidado, una hermana, una amante, una… confidente.
    
    El estruendo de la puerta principal siendo derribada precedió a los disparos de una escopeta y de varias pistolas; hubo un rugido, un grito de guerra animal, que Amanda creyó reconocer sin poder situarlo en su mente. ...
    ... Frente a ella, el Conde se giró rápidamente, alargó una mano al aire… y algo que había agarrado por el cuello se materializó. Era una criatura pequeña, femenina, que se sujetó a la mano que la aferraba mientras el velo ilusorio que la cubría alabeaba. Por momentos parecía una atractiva joven humana que a duras penas había sobrepasado la adolescencia; por otros, era una criatura de afilados colmillos y deformes facciones.
    
    —Ladrona de días —gruñó el Conde—. ¿Creías que teníais una oportunidad contra mi?
    
    —No…
    
    Lanzó algo hacia Amanda que esta, instintivamente, atrapó en el aire. Era una bolsa de tela… una pistolera.
    
    —¡Pero ella sí!
    
    Hizo un gesto hacia la albina y al instante… el glamour la envolvió. La imperceptible garra del vampiro sobre su mente se difuminó, los recuerdos volvieron a su ser, y por fin reconoció a Princesa. Había venido. Con el recuerdo muscular de años de entrenamiento, sacó la pistola y apuntó al vampiro.
    
    —¡¡SUÉLTALA!!
    
    —Así que la has liberado… adorable —se burló—. Ninguna pistola puede afectarme.
    
    Con un movimiento rapidísimo, lanzó a Princesa hacia una pared y, como una deflagración, el cuerpo del vampiro se deshizo y en su lugar apareció una bandada de murciélagos. Con un gesto igual de rápido, Amanda quitó el cargador de la pistola, lo comprobó, volvió a cargarla y disparó dos veces.
    
    Cuando la bala atravesó las criaturas, estas volvieron a fundirse y el vampiro, el Conde, se materializó con gesto de sorpresa.
    
    Balas de peltre. ...