Suegra borracha
Fecha: 28/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos
... que notaba como el coño se le humedecía con la asombrosa historia que le acababa de contar—. Pero, ¿y Ricardo? ¿qué va a pasar con él?
—Nada, ¿qué quieres que pase? —contestó Sandra con una total indiferencia—. Seguirá con sus cosas, su tele, sus partidas de mus en el bar y sus gilipolleces. De todas formas, llevábamos sin follar desde hace siglos… ¡Ah, ahora me acuerdo! ¡Alucina con esto! Resulta que aquella misma noche, cuando aquellos dos me hicieron un sándwich, llego reventada (literalmente) a la cama y no va el capullo de Ricardo y me pega la pollita al culo por la noche… ¡Que quería guerra el tío! Y yo, que llevaba un tute que te cagas y me había bebido hasta el agua de los charcos, estaba como para follar con el pobre infeliz. Joder, me sabe mal, pero qué quieres que te diga, después de haber estrenado el ojete de aquella manera y de tener a dos taladradores como aquellos, si me meto la pilila de cornudo me acaba bailando sin tocar pared…
Eugenia asistía flipando al soliloquio de su amiga. Y más aún si tenemos en cuenta que todo el asunto era un plan urdido entre ella y el marido de Eugenia para levantarle la libido a la mujer y, de paso, estrenar las pastillitas azules que había comprado el hombre por internet. En fin, pensó Eugenia, Ricardo iba a tener que darle al manubrio como un adolescente porque, por lo que parecía, lanueva Sandra no parecía estar mucho por la labor de cumplir como esposa, por así decirlo.
—La cosa promete —concluyó una animada ...
... Sandra, ante su amiga.
La pobre Eugenia que aunque tenía una vida sexual algo más activa que la de Sandra, acababa de darse cuenta de que sentía una envidia tremenda. Envidia sana, claro. Así que pensó en que, aplicando el viejo dicho, «quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija», decidió aprovechar la coyuntura para ver si, por aquellas cosas del destino, podía entrar a formar parte de alguna ampliación del trío de su amiga con los dos jóvenes. Quizá a ellos también les vendría bien carne de jamona fresca y se terciaba la ampliación hasta un cuarteto.
Más tarde se tuvo que pajear en el lavabo recordando las aventuras de Sandra e imaginándose a sí misma como protagonista.
El día a día de Sandra siguió siendo como antaño. Trabajo en la oficina de lunes a viernes por las mañanas, pilates los martes y los jueves y cine con las amigas los viernes. Eso sí, se habían añadido dos nuevas rutinas en las tardes que tenía libres. Los lunes y los miércoles, en las que coincidía con la libranza de Martín, se iba a hacer una visita a casa del vecino.
Empezó yendo sobre las cinco hasta las ocho, aproximadamente. Recogía la casa después de comer y, aduciendo alguna excusa chorra, dejaba a Ricardo mesándose la cornamenta e iba a satisfacer a su macho.
Claro que la cosa se le fue quedando corta y pasó a comer directamente en casa de Martín. Al salir del trabajo, saqueaba descaradamente su nevera y se iba a hacerle la comida a su macho. Esta vez la excusa había cambiado y le ...