1. Suegra borracha


    Fecha: 28/12/2024, Categorías: Incesto Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos

    ... culazo gelatinoso mientras cruzaban la calle hasta el coche, aparcado frente al pub. Es curioso, pero Jorge todavía hablaba de usted a su suegra. Quizá por su actitud conservadora y el aspecto de pareja anticuada que tenía junto al pelmazo de Ricardo, su suegro, un tipo bastante pedante e insoportable al que Jorge no tragaba.
    
    Al otro lado, Martín, la llevaba bien sujeta de la cintura, notando cómo su mullida teta se apretaba contra su costado.
    
    Si de Jorge hubiera dependido, habría colocado a Sandra en los asientos traseros para comenzar su ofensiva de camino al apartamento. Pero, Martín se negó en redondo. No tenía ganas de ir adelantando el festival. Prefería que la guarrilla se sentase junto al conductor. De ese modo podía tener una perfecta panorámica de sus muslazos, con aquella menguante minifalda, y de su coño, tenuemente cubierto por aquel tanguita que dejaba escapar escasos y recortados pelillos de su cuidado pubis. Así, de rebote, evitaba que el cabroncete de Jorge empezase la fiesta sin él. Además, sabiendo lo impulsivo que era, igual metía la pata y destapaba la liebre, alertando a la jamona antes de tiempo. Igual lo que conseguía Jorge si no medía bien sus pasos era asustar a la mujer y se quedaban ambos compuestos y buscando una furcia callejera que les bajase el calentón.
    
    De modo que, en aquella cálida noche, comenzaron el trayecto de apenas media hora camino del piso de Martín con un objetivo clarísimo: darle un buen repaso a la jamona.
    
    Sandra, ...
    ... medio atontada, empezó a cabecear nada más sentarse. Jorge puso algo de música y condujo con precaución. No tenía intención de cometer ninguna infracción aquel día que les jodiera la fiesta.
    
    La buena mujer se quedó medio frita con el suave traqueteo del vehículo. La brisa nocturna que entraba por la ventanilla medio abierta le movía los cabellos, pero la jaca ni se inmutaba, con los ojos cerrados y la cabeza medio caída, balbuceaba incoherencias e iba tarareando las canciones que sonaban en la radio.
    
    Martín decidió ir probando el nivel embriaguez (y desinhibición de su vecina) y, al descuido, plantó la mano en el muslo para ver si recibía algún mal gesto o una reprimenda. Nada, la mujer parecía inmune a aquel invasor y, sin inmutarse, dejó que la mano fuera subiendo por el muslo hasta llegar a sus braguitas, donde se quedó un momento quieta, alternando el cambio de marchas con la calidez del coño que se percibía claramente a través de la ligera tela.
    
    Jorge, desde atrás y atento a los movimientos de su amigo, decidió tantear también a su suegra.
    
    —¡Joder, está empanada perdida la guarra, eh! Parece que no se entera de nada —comento Jorge asomando la cabeza entre los asientos, con la mirada fija en la zarpa de su amigo.
    
    —Lo que tú digas, pero tiene el coño ardiendo. ¡Está empapado! Está tía está cachonda perdida —Martín sacó la húmeda mano del coñito de la mujer y la olió antes de chuparse los dedos.
    
    Jorge, se acercó y contempló la cara de Sandra. Con la mano le ...
«12...456...20»