Suegra borracha
Fecha: 28/12/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Schuko, Fuente: TodoRelatos
... suegra.
La mujer, algo asustada ante la autoridad del grito, se detuvo y, con gestos de una cierta incomodidad, soportó la entrada del grueso capullo en aquel culito maduro y virgen. Martín, que veía la cara de dolor de la mujer, le sonreía y le acariciaba su enrojecida y sudorosa carita de puta. Para tranquilizarla, le colocó la polla en la boca con la sana intención de que fuera mamando algo. «Anda chupa un poquito, tómalo como una anestesia», le dijo con ironía. La mujer, con el capullo en la boca, bastante desconcertada por aquella entrada lenta y tortuosa de la polla de su yerno en el culo, levantó los ojos con aspecto suplicante. Desde luego, si esperaba que Martín intercediera con su amigo a la hora de detener su follada anal, había pinchado en hueso. No solo, no pensaba hacerlo, sino que tenía intención de imitarlo a la menor ocasión.
El caso es que Sandra no tardó en acostumbrarse a la presencia de una polla en su culo y, a pesar del grosor de la misma y de cierta agresividad de su yerno, no pudo evitar empezar a disfrutar de nuevo. Estaba bastante cerca de tener algo así como un orgasmo anal cuando, tras unas serie de espasmos acompañados por un rugido gutural, notó como gruesos borbotones de espesa y calentita leche, regaban sus entrañas. Fue una sensación agradable que, además, estuvo acompañada por un cariñoso achuchón de su yerno. El chico le mordisqueó el cuello y, a continuación, empezó a babosearle el cuello haciéndole un enorme chupetón (a ver cómo ...
... justificaba eso ante el pobre Ricardo).
No tardó mucho la buena mujer en recibir una nueva visita en el culo. Hubo cambio de roles y Martín rellenó con su polla el abierto ojete de Sandra, mientras su yerno le plantaba la polla delante de la cara para que la fuese relamiendo.
—¡Venga, suegra, así puedes saborear el culo de una puta, que seguro que te encanta!
La mujer, en lugar de sentirse ofendida, no dudó en olfatear la polla (le gustó, sorprendentemente) y empezó a relamerla con suavidad, realizando un trabajo de artesanía. Por suerte, Martín taladraba su culo, con más suavidad que su yerno. Menos mal, porque su polla era algo más gruesa.
El ambiente estaba tan caldeado que los dos jóvenes no tardaron en correrse. Sandra, que a esas alturas ya estaba completamente sobria, notó de nuevo como una buena dosis de lefa le rellenaba el recto y, segundos después, borbotones de semen de su yerno entraban directamente en su tráquea. El cabrón de Martín le había apretado con fuerza la cabeza hasta hacerle tragar su polla hasta los huevos para correrse directamente en su garganta. La mujer, dilatando las aletas de la nariz, con los ojos muy abiertos, se esforzó, entre arcadas, por satisfacer al macho, al tiempo que sujetaba con la manita hacia atrás la muñeca de Martín, que todavía sujetaba su culazo, con intención de evitar que retirase su polla del culo. Quería notar los latidos de la tranca en su ojete mientras iba perdiendo rigidez. Martín volvió a sujetar sus cadera y ...