Una Buena Ocasión 2 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 2

... tata, es qué me lo has puesto a huevo. - le dijo apartándole el pelo de la cara, notando lo cachonda que aún estaba.

-Pero estábamos jugando, y al final casi…-y no acabo la frase, volviendo a su pantalla.

-Si, si, casi, y lo pedias a gritos, eso también hay que decirlo. - le dijo haciendo que le mirara, y él le sacara la lengua sonriéndole.

-Estas fatal, no confundas anda, últimamente estas muy raro. - le dijo con tono de asco, pero sorprendida de que se le notara.

-Vale, vale, lo que tu digas. ¿Quieres un bocata? ¿De polla?. - y Damián le pego una colleja, como hace algún tiempo se solían pegar. Saliendo, corriendo y riendo, con Lucia sonriendo al recordar el tiempo que hacía que no se las pegaban. Pero luego cayo en la segunda pregunta, y abrió los ojos diciéndole:

- ¿Has dicho de polla? ¡jajaja! serás guarro ¡respétame, o la vamos a tener!. - y él le volvió a sacar la lengua agarrándose el paquete descarado.

Lucia reía y negaba con la cabeza, pero le encantaría dedicarle una buena mamada a esa preciosidad de polla. Lástima que fuera su hermano, pensó con su coñito en desacuerdo y ella cerrando con fuerza las piernas para acallarlo.

Hay quedo la cosa por ahora, llego su padre y se metió en su despacho saludando al techo, y luego su madre con Berta, que venían de música, y Berta si les saludo a los dos.

Entre los tres hermanos siempre se habían compensado la falta de cariño de sus padres, pero ahora ese cariño empezaba a cambiar, y el culo de Berta lo ...

... noto en cuanto noto la mano de Damián amasarlo y colándola bajo su vestido en cuanto no los veían.

- ¿Qué tal el día? Lucia ha perdido a collejas ¿te acuerdas?. - le explicó, sobándole el culo tapados por la barra de la cocina, y Lucia grito:

- ¡Uno a cero!, hasta 5 aún queda partida. - dijo sin dejar de mirar la pantalla.

-No sé, te has vuelto muy corta rollos, igual no te sienta bien perder. - le dijo Damián, haciendo que Lucia se mordiera la lengua de rabia.

Pero Berta gozaba de los dedos que le frotaban su coñito lentamente bajo sus braguitas, y esperaban que apareciera su padre para hacer los dos sándwiches y se volviera al despacho a trabajar con su madre. No tenían prisa, tenían todo el resto de la tarde, y la noche. Y ella se movía lentamente, notando como le subían hasta su clítoris, y la levantaban de puntillas, frotándolo de lado a lado, mirándose a los ojos sonriendo.

Pero sonó el teléfono de Damián, vio que era Andrea, y dijo:

-Anda, la calienta pollas. - y descolgó para oírla pedir perdón.

Lucia levanto la vista al oír esas palabras, de su muy cambiado hermanito, y Berta soltó una risita también sorprendida, pero menos.

-Dime.

Y Andrea lloraba diciéndole:

-Lo íbamos a hacer vale, solo jugaba, además lo del video porno también lo tenía pensado, ¡joder!, pero ¿mi madre? Joder tío, te has pasado diez pueblos vale. - le soltó entre llantos.

-Ya me había dado cuenta, pero te has pasado de calientapollas ¿Y qué coño te importa a quien ...