Una Buena Ocasión 2 - Relatos Eróticos

Una Buena Ocasión 2

... las tetas de Andrea, y le dijo:

-No sé, ha sido raro, mi madre dice que la directora es rara, y no entiende que la llamaran para decirle que iba mejor en los estudios, pero querría comentarte en persona algo que me pasa, ¿quedamos a la tarde?. - le tiro el anzuelo a su única amiga.

Andrea no tardo en decir que si, e invitarle a merendar en su casa. Y de paso se quitaba a sus padres de encima, ya que le preguntaban últimamente por su inclinación sexual, por si era lesbiana. Pero Andrea no era ninguna mosquita muerta, tenía un secreto y, además, ya se había follado ella solita sus dos agujeros con mantequilla y el mortero de la cocina, que aún buscaba su madre.

Damián le dio las gracias, y quedaron a las 5 para hablar, acomodando su polla y pensando en la jugada. Y al rato se encontró mirando al vacío, pensando en porque lo había hecho, sin darse cuenta de cómo se le había puesto la polla al ver lo rápido que aceptaba Andrea, “la gruñona y celosa”.

Se ducho y se lavó sus partes rápido, porque era tocarse y empalmar llegando a su cabeza la imagen de su hermanita apoyada al escritorio. Quería irse antes de que llegara, o no iría a la cita con Andrea, no había comparación entre ellas.

Pero justo cogió su mochila y se giró hacia la puerta, cuando llego resoplando y sudorosa su hermanita de hacer footing.

-Hola Tato ¿te vas?. - le dijo abriendo la cremallera de su chándal, y mirándole como gata en celo, deseando que no se fuera.

-Madre mía Berta, ni se te ...

... ocurra correr con la cremallera abierta, provocarías accidentes. - le dijo empujándola contra la pared y amasando sus pechos de piedra.

- ¡No! ¡Jajaja! ya lo sé, ya. - le dijo abrazándole y acariciando su espalda.

Le beso y mordió el cuello notando como le hacía crecer sus pezones, pero se contuvo. Muy a su pesar, la soltó y se separó diciéndole:

-Ven a verme esta noche, es que he quedado para estudiar. - le dijo, con su polla y ella protestando sin decirlo.

-Claro, lo que tú me pidas. - le dijo pasando a su lado y dándole un beso cerca de la boca, notando como le sobaba el culo con fuerza, y aminoraba el paso por si cambiaba de opinión.

Pero Damián sabía que tenía para las dos, y salió cachondo de casa, acomodando otra vez su polla.

-Hola señora Sonia. -le saludo mirando a la gruesa y turgente madre de Andrea, que le sonrió mirándole como a un caramelo, dejándole pasar, y le dijo:

-Hola larguirucho, no me tutees anda, llámame Sonia sin más. - y le miro el culo descarada, como dando el visto bueno, si era su futuro yerno, y deseándole cual “yogurin”.

La verdad es que la pobre iba siempre drogada de antidepresivos y anís, o moscatel. Tener una hija minusválida le había llevado depresión tras depresión, a acabar adicta. Y no se contuvo en pegarle un repaso al “yogurín” como lo veía ella, que se lo follária muy gustosa.

Pero no sabía que tenía delante a un chaval y a un depredador, y Damián se paró en el recibidor, le devolvió la mirada descarada y le ...